"Se debe animar a los hermanos Sutherland y Magan a que soliciten medios para el soporte de su obra" (Special Testimonies, Series B, No. 11, p. 10,17,19-21,36). "Muchos debieran estar en la obra, en las llamadas 'líneas irregulares'. Si un centenar de obreros abandonasen las 'líneas regulares', para dedicarse a la obra sacrificial… las almas serían ganadas para el Señor"
Cristo acepta y está en comunión con los más humildes. No acepta a los hombres debido a sus capacidades o elocuencia, sino porque ellos buscan su rostro, deseosos de su ayuda. Su Espíritu, motivando el corazón, pone toda facultad en acción decidida. En estos hombres así desprovistos de pretensiones, el Señor ve el más precioso material, que resistirá la tormenta y la tempestad, el calor y la presión. Dios no ve como el hombre. Él no juzga por las apariencias: Escudriña el corazón y juzga con justicia. ¿Quién le envió a un campo en el que se había hecho una buena obra, para que muestre su celo haciéndola añicos? ¿En eso consiste el trabajar en líneas regulares? Si es así, ha llegado el tiempo de que trabajemos en las irregulares. Dios está descontento con su obra. Hay hombres que se consagrarán y consumirán en la ganancia de almas. En obediencia a la gran comisión, muchos irán a trabajar por el Maestro. Bajo el ministerio de los ángeles, hombres comunes serán motivados por el Espíritu de Dios e irán a advertir a la gente en las avenidas y en los caminos. Se los debe fortalecer y animar, y disponerlos para la labor tan pronto como sea posible, a fin de que el éxito pueda coronar sus esfuerzos. Están en armonía con instrumentos invisibles, celestiales. Son obreros juntamente con Dios, y sus hermanos debieran estrechar con ellos los lazos, y orar por ellos mientras que estos trabajan en el nombre de Cristo. Nadie tiene autorización para obstaculizar a esos obreros. Se los debiera tratar con el máximo respeto. Nadie debiera dirigirles una palabra provocadora, mientras siembran la semilla del evangelio en los terrenos difíciles. Cristo asistirá a tales obreros. Los ángeles del cielo responderán a los esfuerzos hechos con sacrificio. Por el poder del Espíritu Santo, Jesús motivará los corazones. Dios obrará milagros en la conversión de los pecadores. Los obreros se llenarán de gozo al ver a las almas convertidas. Se ganarán hombres y mujeres a la membresía de la iglesia… Sus oraciones perseverantes traerán almas a la cruz… Hermano ________, debiera haber muchos en la obra, según las líneas que en su juicio usted califica de "irregulares". ¿Piensa que sus críticas son el fruto del Espíritu Santo?…
Los principios de Dios son los únicos que podemos seguir con seguridad. El fariseísmo estaba lleno de líneas regulares, pero tan pervertidos estaban los principios de justicia, que Dios declaró: "Así se retiró el derecho, y se alejó la justicia; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir. La verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue apresado" ¡Cuán ciertas han resultado ser esas palabras!… Es tan difícil hoy romper con las líneas regulares, como lo fue en los días de Cristo (p. 15,16). Se establece el principio de que cuando las agencias señaladas en la iglesia dejan de hacer una obra que de alguna forma debiera hacerse, está en armonía con la voluntad de Dios que tal obra sea desempeñada por individuos impresionados por el Espíritu Santo a tal efecto (p. 16) Hay un gran campo abierto ante los obreros evangélicos de sostén propio. Muchos pueden adquirir una valiosa experiencia en el ministerio mientras trabajan parte de su tiempo en alguna clase de labor manual; y por este método pueden desarrollarse poderosos obreros para un servicio muy importante en campos necesitados.
Por otro lado, los dirigentes de entre el pueblo de Dios deben guardarse del peligro de condenar los métodos de los obreros individuales que sean inducidos por el Señor a hacer una obra especial para la cual hay pocos idóneos. Sean los hermanos que llevan responsabilidades lentos para criticar movimientos que no estén en perfecta armonía con sus métodos de trabajo. No supongan ellos nunca que cada plan debe reflejar su propia personalidad. No teman confiar en los métodos de otros; porque al privar de su confianza a un hermano obrero que, con humildad y celo consagrado, está haciendo una obra especial según Dios le señaló, están retardando el progreso de la causa del Señor.
¿No hay ninguno en esta congregación que se afincará en Londres para hacer obra por el Maestro? ¿No habrá algunos que irán a la gran ciudad como obreros de sostén propio?
El hecho de que alguien no obre en todas las cosas conforme a nuestra idea y opiniones personales no nos justifica para prohibirle que trabaje para Dios.