Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, a pesar de las consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el sacrificio de todo lo que tienen.
Dios no puede usar hombres que, en tiempo de peligro, cuando se necesita la fortaleza, el valor y la influencia de todos, temen decidirse firmemente por lo recto.
El permanecer de pie en defensa de la verdad y la justicia cuando la mayoría nos abandone, el pelear las batallas del Señor cuando los campeones sean pocos, esta será nuestra prueba. En este tiempo, debemos obtener calor de la frialdad de los demás, valor de su cobardía, y lealtad de su traición.
Dios llama a hombres que, como Natán, Elías y Juan, proclamen intrépidamente su mensaje, sin reparar en las consecuencias; que digan la verdad, aun a costa del sacrificio de todo cuanto tengan.
A medida que se acerca el fin, los testimonios de los siervos de Dios se harán más decididos y poderosos.