Muchos (ángeles) estaban dispuestos...a arrepentirse de su desafecto...pero Lucifer...declaró...que Dios no los perdonaría.
El espíritu de ensalzamiento propio es el espíritu de Satanás.
Al ceder al pecado, los hombres dan a Satanás acceso a sus mentes, y avanzan de una etapa de maldad a otra.
El que predica fielmente la Palabra de Dios y así condena los pecados de los hombres, es con demasiada frecuencia el objeto directo del odio de Satanás.
Si aquellos que buscan al Señor violan la ley de Dios, Satanás puede dominarlos.
La rebelión tuvo su origen en Satanás, y toda rebelión contra Dios se debe directamente a las influencias satánicas.
Cuando Satanás domina las mentes humanas, las incita a la envidia y las sospechas para que interpreten mal las mejores intenciones.
Dios guardará a todos los que anden en la senda de la obediencia; pero el apartarse de ella es aventurarse en el terreno de Satanás.
El odio de Satanás contra Dios lo induce a odiar todo objeto del cuidado del Salvador. Trata de arruinar la obra de Dios y se deleita en destruir aún a los animales.”
Satanás se alegra cuando oye a los que profesan seguir a Cristo buscando excusas por su deformidad de carácter. Son estas excusas las que inducen a pecar. No hay disculpa para el pecado.
Si no cooperamos con los agentes celestiales, Satanás se posesionará de nuestro corazón, y hará de él su morada. La única defensa contra el mal consiste en que Cristo more en el corazón por la fe en su justicia. A menos que estemos vitalmente relacionados con Dios, no podremos resistir los efectos profanos del amor propio, de la complacencia propia y de la tentación a pecar. Podemos dejar muchas malas costumbres y momentáneamente separarnos de Satanás; pero sin una relación vital con Dios por nuestra entrega a él momento tras momento, seremos vencidos. Sin un conocimiento personal de Cristo y una continua comunión, estamos a la merced del enemigo, y al fin haremos lo que nos ordene.
La influencia de Satanás se ejerce constantemente sobre los hombres para enajenar los sentidos, dominar la mente para el mal e incitar a la violencia y al crimen. El debilita el cuerpo, obscurece el intelecto y degrada el alma. Siempre que los hombres rechacen la invitación del Salvador, se entregan a Satanás. En toda ramificación de la vida, en el hogar, en los negocios y aun en la iglesia, son multitudes los que están haciendo esto hoy.
Es el dragón el que se aíra, es el espíritu de Satanás el que se revela en la cólera y las acusaciones.
La lucha por el puesto más elevado era la manifestación del mismo espíritu que diera origen a la gran controversia en los mundos superiores e hiciera bajar a Cristo del cielo a morir.
Lucifer deseaba el poder de Dios, pero no su carácter. Buscaba para sí el lugar más alto, y todo ser impulsado por su espíritu hará lo mismo. Así resultarán inevitables el enajenamiento, la discordia y la confrontación. El dominio viene a ser el premio del más fuerte. El reino de Satanás es un reino de fuerza; cada uno mira al otro como un obstáculo para su propio progreso, o como un escalón para poder trepar a un puesto más elevado.
Satanás, y los hombres impulsados por su espíritu, son quienes desean violentar la conciencia. (…) No puede haber una evidencia más concluyente de que poseemos el espíritu de Satanás que el deseo de dañar y destruir a los que no aprecian nuestro trabajo u obran contrariamente a nuestras ideas.
(En el tiempo del fin) Satanás obrará con todo su poder engañador para influir en el corazón y obscurecer el entendimiento, para hacer pasar lo malo por bueno, y lo bueno por malo. (…) Se requerirá la más firme confianza, el más heroico propósito, para conservar la fe una vez dada a los santos.
Satanás procura engañar constantemente a los hombres y los hace llamar pecado a lo que es bueno, y bueno a lo que es pecado.
Satanás es "el acusador de nuestros hermanos," y es su espíritu el que inspira a los hombres a acechar los errores y defectos del pueblo de Dios, y a darles publicidad, mientras que no se hace mención alguna de las buenas acciones de este mismo pueblo.
El hecho de que una persona se encuentre en compañía de los hijos de Dios, y hasta en el lugar de culto y en torno a la mesa del Señor, no prueba que dicha persona sea verdaderamente cristiana. Allí está con frecuencia Satanás en las ocasiones más solemnes, bajo la forma de aquellos a quienes puede emplear como agentes suyos.
Dios mismo había establecido el orden del cielo, y Lucifer al apartarse de él, iba a deshonrar a su Creador y a atraer la ruina sobre sí mismo. Pero la amonestación dada con un espíritu de amor y misericordia infinitos sólo despertó espíritu de resistencia. (CS, 548) … La reprensión del pecado despierta aún el espíritu de odio y resistencia. Cuando los mensajeros que Dios envía para amonestar tocan a la conciencia, Satanás induce a los hombres a que se justifiquen y a que busquen la simpatía de otros en su camino de pecado. En lugar de enmendar sus errores, despiertan la indignación contra el que los reprende, como si éste fuera la única causa de la dificultad. Desde los días del justo Abel hasta los nuestros, tal ha sido el espíritu que se ha manifestado contra quienes osaron condenar el pecado.
Se introduce en todos los hogares, en todas las calles de nuestras ciudades, en las iglesias, en los consejos de la nación, en los tribunales, confundiendo, engañando, seduciendo, arruinando por todas partes las almas y los cuerpos de hombres, mujeres y niños, destruyendo la unión de las familias, sembrando odios, rivalidades, sediciones y muertes. (…) Todos los que no son fervientes discípulos de Cristo son siervos de Satanás.
Nadie, sin su propio consentimiento, puede ser vencido por Satanás. El tentador no tiene el poder de gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar.
Todos los que se esfuerzan en seguir a Jesús tendrán que entrar en lucha con Satanás.
Nadie está en mayor peligro de caer bajo la influencia de los espíritus malos que los que, a pesar del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias, ellos nos llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo seguir los dictados de su propia sabiduría. Esta es la razón por la cual a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia de que no existe. Su política consiste en esconderse y obrar solapadamente. No hay nada que el gran seductor tema tanto como el que nos demos cuenta de sus artimañas.
Es porque Satanás puede dominar tan fácilmente los espíritus de las personas inconscientes de su influencia, por lo que la Palabra de Dios nos da tantos ejemplos de su obra maléfica, nos revela sus fuerzas ocultas y nos pone así en guardia, contra sus ataques. (…) Los que resisten a las exigencias de Dios y ceden a las tentaciones de Satanás, Dios los abandona al poder de los espíritus malignos.
Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques. (…) Siempre ha habido una categoría de personas que profesan santidad, y que, en lugar de procurar crecer en el conocimiento de la verdad, hacen consistir su religión en buscar alguna falta en el carácter de aquellos con quienes no están de acuerdo, o algún error en su credo. Son los mejores agentes de Satanás. Los acusadores de los hermanos no son pocos; siempre son diligentes cuando Dios está obrando y cuando sus hijos le rinden verdadero homenaje. Son ellos los que dan falsa interpretación a las palabras y acciones de los que aman la verdad y la obedecen. Hacen pasar a los más serios, celosos y desinteresados siervos de Cristo por engañados o engañadores. Su obra consiste en desnaturalizar los móviles de toda acción buena y noble, en hacer circular insinuaciones malévolas y despertar sospechas en las mentes poco experimentadas. Harán cuanto sea imaginable porque aparezca lo que es puro y recto como corrupto y de mala fe.
Satanás es muy hábil para citar las Santas Escrituras e interpretar pasajes a su modo.
Satanás declara al mundo: `No importa cuán malos seáis; Vivid como gustéis, que el cielo es vuestro hogar.
Mientras los hombres desconocen los artificios de tan vigilante enemigo, éste les sigue a cada momento las pisadas. Se introduce en todos los hogares, en todas las calles de nuestras ciudades, en las iglesias, en los consejos de la nación, en los tribunales, confundiendo, engañando, seduciendo, arruinando por todas partes las almas y los cuerpos de hombres, mujeres y niños, destruyendo la unión de las familias, sembrando odios, rivalidades, sediciones y muertes. Y el mundo cristiano parece mirar estas cosas como si Dios mismo las hubiese dispuesto y como si debiesen existir. Los que se oponen a las enseñanzas del espiritismo atacan no sólo a los hombres, sino también a Satanás y a sus ángeles. Han emprendido la lucha contra principados, potestades y malicias espirituales en los aires.
Nadie está en mayor peligro de caer bajo la influencia de los espíritus malos que los que, a pesar del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias, ellos nos llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo seguir los dictados de su propia sabiduría. Esta es la razón por la cual a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia de que no existe. Su política consiste en esconderse y obrar solapadamente. No hay nada que el gran seductor tema tanto como el que nos demos cuenta de sus artimañas.
Satanás se esfuerza siempre en presentar de un modo falso el carácter de Dios, la naturaleza del pecado y las verdaderas consecuencias que tendrá la gran controversia. Sus sofismas debilitan el sentimiento de obligación para con la ley divina y dan a los hombres libertad para pecar. Al mismo tiempo les hace aceptar falsas ideas acerca de Dios, de suerte que le miran con temor y odio más bien que con amor. Atribuye al Creador la crueldad inherente a su propio carácter, la incorpora en sistemas religiosos y le da expresión en diversas formas de culto. Sucede así que las mentes de los hombres son cegadas y Satanás se vale de ellos como de sus agentes para hacer la guerra a Dios.
Satanás se deleita en la guerra (…) su objeto consiste en hostigar las naciones a hacerse mutuamente la guerra; pues de este modo puede distraer los espíritus de los hombres de la obra de preparación necesaria para subsistir en el día del Señor.
Satanás obra asimismo por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de almas aún no preparadas. Tiene estudiados los secretos de los laboratorios de la naturaleza y emplea todo su poder para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo permita. Cuando se le dejó que afligiera a Job, ¡cuán prestamente fueron destruidos rebaños, ganado, sirvientes, casas e hijos, en una serie de desgracias, obra de un momento!
Satanás producirá enfermedades y desastres al punto de que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades del mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en terremotos. Destruye las cosechas casi maduras y a ello sigue la hambruna y la angustia; propaga al aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia”.
La falta de actividad y fervor en la obra de Dios es espantosa. Este estupor mortal proviene de Satanás. El domina la mente de los observadores del sábado no consagrados y los induce a sentir celos unos de otros, a criticarse y censurarse.
No tenía ningún deseo de vivir (…) pero también sentí que se debía resistir las influencias satánicas.
Satanás ha usado como sus agentes a personas que profesaban creer una parte de la verdad presente, mientras luchaban contra otra parte. El puede utilizar con más éxito a esas personas que a los que se oponen totalmente a nuestra fe.
Siempre se encontrarán aquellos que simpatizarán con los que están equivocados. Satanás tuvo simpatizantes en el cielo, y tomó consigo una gran cantidad de ángeles. Dios y Cristo y los ángeles celestiales estaban de un lado, y Satanás del otro. Pese al poder infinito y a la majestad de Dios y de Cristo, hubo ángeles que se volvieron desleales. Las insinuaciones de Satanás tuvieron efecto y ellos realmente llegaron a creer que el Padre y el Hijo eran sus enemigos y que Satanás era su benefactor. Satanás tiene el mismo poder y el mismo control sobre las mentes ahora, sólo que lo ha centuplicado mediante el ejercicio y la experiencia.
La raíz de amargura, de envidia, de desconfianza, de celos y aun de odio que existe en el corazón de algunos miembros de la iglesia es obra de Satanás.
Satanás siempre busca controlar la mente y nadie está a salvo a menos que tenga una conexión constante con Dios.
Satanás está trabajando constantemente; pero pocos tienen idea alguna de su actividad y sutileza. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir al astuto enemigo. Esta resistencia es lo que Satanás teme. El conoce mejor que nosotros el límite de su poder, y cuan fácilmente puede ser vencido si le resistimos y le hacemos frente. Por la fuerzo divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles, y si le probase podría mostrar su poder superior. Por lo tanto, los pasos de Satanás son silenciosos, sus movimientos furtivos, y sus baterías enmascaradas. El no se atreve a mostrarse abiertamente, no sea que despierte las energías dormidas del cristiano, y le impulse a ir a Dios en oración. El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista, que para muchos es difícil que existe, y mucho menos ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra. (…) Los peores enemigos que tenemos son aquellos que están tratando de destruir la influencia de los atalayas que están sobre los muros de Sión. Satanás obra por medio de estos agentes. (…) Tened cuidado que no seáis hallados ayudando al enemigo de Dios y del hombre mediante la difusión de falsos informes, y por crítica y oposición decidida.
Satanás sabe que aquellos que buscan a Dios fervientemente para alcanzar perdón y paz, lo obtendrán.
Desde el principio, fue el plan estudiado de Satanás inducir a los hombres a olvidarse de Dios, a fin de que pudiera someterlos. Por eso mintió acerca del carácter de Dios, a fin de inducirlos a albergar un falso concepto de él. Les presentó al creador como revestido de los atributos del príncipe del mal mismo: arbitrario, severo, inexorable, a fin de que le temiesen, rechazasen, y hasta odiasen. Satanás esperaba confundir de tal manera las mentes de aquellos a quienes había engañado, que desechasen a Dios de su conocimiento. Entonces borraría la imagen divina del hombre y grabaría su propia semejanza sobre el alma; llenaría a los hombres de su propio espíritu y los haría cautivos de su voluntad.
El poder que tenemos para vencer a Satanás es el resultado de que Cristo more en nosotros para así hacer su voluntad y las cosas que le agradan.
Recordemos que cuanto más nos acercamos al tiempo de la venida de Cristo, tanto más ferviente y firmemente debemos trabajar, porque toda la sinagoga de Satanás está en contra nuestra.
Ninguno de los que están en las trampas de Satanás sabe que se encuentra en ellas.
El poder que Satanás emplea para tentar y engañar durante el tiempo del fin es diez veces mayor que en los días de los apóstoles.
Si Satanás ve que corre peligro de perder a un alma, hace cuanto puede para conservarla.
Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla.
El gran adversario procurará anular hasta lo sumo la Palabra de Dios.
Nada perturba tanto a Satanás como nuestro conocimiento de sus designios. Si sentimos nuestro peligro, sentiremos nuestra necesidad de orar.
Satanás y sus ángeles.
El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia.
El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Es únicamente por Cristo cómo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender.”
Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra.
En estas reuniones debemos recordar siempre que hay dos fuerzas que obran. Se está riñendo una batalla que los ojos humanos no ven. El ejército del Señor está en el terreno procurando salvar almas. Satanás y su hueste están también obrando, procurando de toda manera posible engañar y destruir.
Si la iglesia no duerme, si los discípulos de Cristo velan y oran, podrán tener luz para comprender y apreciar los movimientos del enemigo.
El enemigo nos persigue; debemos estar bien despiertos y prevenidos contra él.
Satanás y sus ángeles se encuentran en las reuniones donde se predica el Evangelio. Mientras los ángeles del cielo tratan de impresionar los corazones con la Palabra de Dios, el enemigo está alerta para hacer que no surta efecto. Con un fervor solamente igualable a su malicia, trata de desbaratar la obra del Espíritu de Dios. Mientras Cristo está atrayendo al alma por su amor, Satanás trata de desviar la atención del que es inducido a buscar al Salvador. Ocupa la mente con planes mundanos. Excita la crítica, o insinúa la duda y la incredulidad. La forma en que el orador escoge su lenguaje o sus maneras pueden no agradar a los oyentes, y se espacian en estos defectos. Así la verdad que ellos necesitan y que Dios les ha enviado misericordiosamente, no produce ninguna impresión duradera.
Antes de que seamos librados del poder satánico exteriormente, debemos ser librados de su poder interiormente.
Satanás controla tanto la mente que se somete para ser controlada por otra, como la mente que ejerce ese control.
Satanás controla toda mente que no se halla en forma decidida bajo el gobierno del Espíritu de Dios.
Mientras el Señor trae a la iglesia a aquellos que están verdaderamente convertidos, Satanás al mismo tiempo, trae a ella a personas que no están convertidas.
Cuidad que vuestro brazo no esté unido con el brazo de un demonio. Tiene apariencia de hombre. Está andando alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar, y los encuentra entre los adventistas del séptimo día.
Los métodos de Satanás tienden a un solo fin, a hacer que los hombres sean esclavos de los hombres.
Satanás obra con su poder avieso y engañoso, y valiéndose de poderosos engaños entrampa a todos los que no permanecen en la verdad, que han apartado sus oídos de la verdad, y se han vuelto a las fábulas. Satanás mismo no permaneció en la verdad; él es el misterio de iniquidad. Por medio de su sutileza da a sus errores destructores del alma la apariencia de verdad. En eso consiste el poder de sus errores para engañar. Es debido a que son falsificaciones de la verdad por lo que el espiritismo, la teosofía, y otros engaños similares obtienen tal poder sobre la mente de los hombres. Está es la obra maestra de Satanás. (…) (Satanás) Trabaja para restringir la libertad religiosa, y para sumir al mundo religioso en una especie de esclavitud. Las organizaciones, las instituciones, a menos que sean guardadas por el poder de Dios, trabajarán bajo el dictado de Satanás para colocar a los hombres bajo el control de los hombres; y el fraude y el engaño tendrán la semejanza del celo por la verdad y por el progreso del reino de Dios. Cualquier cosa que en nuestras prácticas no sea abierto como el día, pertenece a los métodos del príncipe del mal. Sus métodos son practicados aun entre los adventistas del séptimo día, que pretenden conocer más a fondo la verdad avanzada. Si los hombres rechazan las advertencias que el Señor les envía, llegan a ser aun cabezas en las malas prácticas; tales hombres se arrogan el ejercicio de las prerrogativas de Dios: tienen la presunción de hacer aquello que Dios mismo no hará para tratar de controlar las mentes de los hombres. Introducen sus propios métodos y planes, y en base a sus falsos conceptos de Dios debilitan la fe de otros en la verdad, y colocan falsos principios que actuarán como levadura para mancillar y corromper nuestras instituciones e iglesias.
Las trampas de Satanás.
Tanto Satanás como sus secuaces lloraron.
Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles.
Vi que Satanás ordenaba a sus ángeles que dispusieran sus asechanzas especialmente para los que están esperando la segunda aparición de Cristo y guardando todos los mandamientos de Dios. Dijo Satanás a sus ángeles que las iglesias estaban durmiendo. Él iba a aumentar su propio poder y sus prodigios mentirosos, a fin de retenerlas. "Pero -dijo -odiamos a la secta de los observadores del sábado; están trabajando de continuo contra nosotros, y quitándonos súbditos, para que observen la odiada ley de Dios. Id, emborrachad de cuidados a los poseedores de tierras y dinero. Si lográis que pongan sus afectos en estas cosas, serán nuestros todavía. Pueden profesar lo que quieran, con tal que consigáis que se interesen más en el dinero que en el éxito del reino de Cristo o la difusión de las verdades que aborrecemos. Presentadles el mundo de la manera más atrayente, para que lo amen y lo idolatren. Debemos conservar en nuestras filas todos los recursos cuyo control podamos, obtener. Cuanto más sean los recursos que los seguidores de Cristo dediquen a su servicio, tanto más perjudicarán a nuestro reino quitándonos súbditos.
Satanás (…) está constantemente implantando sugestiones en la mente de los hijos de Dios. Conduce a algunos de una manera y a otros de otra, valiéndose siempre de los malos rasgos que hay en el carácter de los hermanos y las hermanas, y excitando sus tendencias naturales al mal.
No hay en el ministerio popular cosa alguna que despierte la ira de Satanás, haga temblar al pecador, o aplique al corazón y la conciencia que las temibles realidades de un juicio que pronto se realizará.
Jesús se detuvo un momento en el departamento exterior del santuario celestial, y los pecados confesados mientras él estuvo en el lugar santísimo fueron asignados a Satanás, precursor del pecado, quien debía sufrir su castigo.
Sobre Satanás pesaba no sólo el castigo de sus propios pecados sino también el de todos los de la hueste redimida, que habían sido puestos sobre él.
Los adventistas del séptimo día que adoptan su posición bajo la bandera de Satanás primero abandonarán su fe en las advertencias y reproches, contenidos en los testimonios del Espíritu de Dios.
Satanás es el padre de la incredulidad, la murmuración y la rebelión.
Los cristianos profesos que obran con falsedad en relación con sus creencias son canales mediante los que trabaja Satanás. El puede utilizar a los miembros de iglesia que no están convertidos para promover sus propias ideas y retardar la obra de Dios.
Todos los que se apartan voluntariamente de los mandamientos de Dios se colocan bajo la dirección de Satanás.
La única satisfacción que Satanás obtiene (…) es la satisfacción que deriva hiriendo el corazón de Cristo.
Satanás seduce a los hombres hoy…mediante el deseo de obtener conocimiento prohibido.
Unirse con un incrédulo es colocarse en el terreno de Satanás.
La ley de Dios fue transgredida primero por Satanás en el cielo.
Satanás está inventando todo tipo de estratagema posible, para que las personas que conocen la verdad se adormezcan en una seguridad fatal, mientras él convoca a hombres y ángeles malos para llevar a cabo su conspiración secreta.
Consideren las tormentas y las tempestades. Satanás está obrando en la atmósfera.
En la lucha que se librará en los últimos días estarán unidos, en oposición al pueblo de Dios, todos los poderes corruptos que se han apartado de la lealtad a la ley de Jehová.
Satanás salió de la presencia del Padre descontento y lleno de envidia contra Jesucristo. Congregó a las huestes angélicas, disimulando sus verdaderos propósitos...Como quien había sido agraviado, se refirió a la preferencia que Dios había manifestado hacia Jesús postergándolo a él.
Satanás (en su rebelión) estaba combatiendo contra la ley de Dios por su ambición de exaltarse a si mismo.
Satanás obró en forma tan engañosa, que muchos de los ángeles fueron ganados para su causa antes de que conocieran plenamente sus propósitos.
La expulsión del cielo de Satanás como acusador de sus hermanos fue llevada a cabo por la gran obra de Cristo al dar su vida.
La verdad es de Dios; el engaño, en cada una de sus muchas formas, es de Satanás.
Las agencias de Satanás están mucho más activas en su trabajo de lo que están las agencias de Dios en el trabajo de su líder.
¿Quién es el que está rigiendo el mundo hoy día, y quienes son los que han elegido estar bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas? Si, es casi todo el mundo. Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido su caudillo al príncipe de las tinieblas. Y tan pronto como están bajo su estandarte, están en relación con ángeles malos. La mente de los hombres está siendo controlada, o bien por los ángeles malos, o por los ángeles de Dios. Nuestra mente está entregada al dominio de Dios, o al dominio de los poderes de las tinieblas; y sería bueno que sepamos dónde nos encontramos hoy; si bajo la bandera ensangrentada de Jesucristo, o bajo la bandera negra de los poderes de las tinieblas.
El propósito de Satanás ha sido reproducir su propio carácter en los seres humanos.
Satanás...mantiene bajo su dominio a todos los que se niegan a guardar los mandamientos de Dios.
Habrá espíritus seductores y doctrinas de demonios en medio de la iglesia, y estas malas influencias aumentarán. Pero mantén tu confianza firme hasta el fin..."
He estado muy preocupada por los movimientos que se están dando para la obligación de la observancia del domingo como día de reposo. Se me ha mostrado que Satanás ha estado trabajando intensamente para llevar a cabo sus planes para restringir la libertad religiosa. Planes de seria importancia para el pueblo de Dios están avanzando de una manera oculta entre los representantes religiosos de varias denominaciones, y el objeto de estas maniobras secretas es ganar el favor popular para hacer del domingo un día sagrado. Si la gente puede ser dirigida para que acepte Ley Dominical, entonces los dirigentes religiosos tratarán de ejercer su influencia de forma unida para obtener una enmienda a la Constitución (americana), y obligar a la nación a guardar el domingo.
Los hombres se identificarán con los demonios, y los que fueron creados a la imagen de Dios, que fueron formados para honrar y glorificar a su Creador, se convertirán en la habitación de chacales; y Satanás verá en una raza apóstata su obra maestra de mal: hombres que reflejen su propia imagen.
Satanás y su hueste echaron toda la culpa de su rebelión a Cristo.
El esfuerzo premeditado de Satanás procura apartar las mentes de la esperanza de salvación mediante la fe en Cristo y la obediencia a la ley de Dios. En toda época el gran enemigo adapta sus tentaciones a los prejuicios e inclinaciones de aquellos a quienes trata de engañar. En los tiempos apostólicos inducía a los judíos a exaltar la ley ceremonial y a rechazar a Cristo; y actualmente induce a muchos profesos cristianos, con el pretexto de honrar a Cristo, a menospreciar la ley moral y a enseñar que sus preceptos pueden ser transgredidos impunemente. Es el deber de todo siervo de Dios resistir firmemente a estos pervertidores de la fe y, por la palabra de verdad, exponer denodadamente sus errores.
Satanás se posesiona de las mentes de los hombres en la actualidad. En mi trabajo en la causa de Dios, una vez tras otra me he encontrado con personas posesas, y he reprochado en el nombre del Señor al espíritu maligno.
Jesús sabe que un poder demoníaco está luchando por cada alma, esforzándose para ganar el dominio, pero Jesús vino a romper el poder de Satanás y poner en libertad a los cautivos.
Los niños que no han experimentado el poder purificador de Jesús son presa legítima del enemigo, y los malos ángeles tienen fácil acceso a ellos. (…) Por los esfuerzos fieles e incansables de los padres, y la bendición y gracia concedida a los hijos en respuesta a las oraciones de los padres, será quebrantado el poder de los ángeles malignos, y se derramará sobre los hijos una influencia santificadora. Así serán rechazadas las potestades de las tinieblas.
Las almas posesionadas por espíritus malignos se presentarán delante de nosotros. Debemos cultivar el espíritu de la oración sincera mezclada con la fe genuina para salvarlos de la ruina, y esto va a confirmar nuestra fe. Dios ha preparado para los enfermos, los desafortunados, y los que están posesionados por espíritus malvados, que oigan su voz por medio de nosotros.
Satanás controla tanto la mente que se somete para ser controlada por otra, como la mente que ejerce ese control.
Los ataques de Satanás contra los defensores de la verdad se volverán más acerbos y resueltos a medida que se acerque el fin del tiempo. Como en el tiempo de Cristo los sumos sacerdotes y príncipes incitaron a la gente contra él, así también hoy los dirigentes religiosos excitarán oposición y prejuicios contra la verdad para este tiempo. La gente será inducida a cometer actos de violencia y oposición en los que nunca habría pensado si no hubiera estado llena de la animosidad de los profesos cristianos contra la verdad.
El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo
La iglesia necesita despertar a una comprensión de los sutiles poderes de los agentes satánicos, a los cuales debe hacer frente.
Hay que desenmascarar la falsedad, hay que exponer su verdadero carácter, y hay que hacer brillar la luz de la ley de Jehová para que ilumine las tinieblas morales del mundo. Debemos presentar las pretensiones de su Palabra. No seremos considerados sin culpa si descuidamos este deber solemne.
Satanás tentó al primer Adán en el Edén, y Adán argumentó con el enemigo, dándole así una ventaja. Satanás ejerció su poder hipnótico sobre Adán y Eva y se esforzó en ejercer ese poder sobre Cristo. Pero después de que fueron citadas las palabras de las Escrituras, Satanás supo que no tendría la oportunidad de triunfar.
Hay cantos que hacen llorar a los ángeles. Pero hay una clase de reuniones sociales de un carácter, completamente diferente, partidas de placer que han deshonrado nuestras instituciones y la iglesia. Estimulan el orgullo de la indumentaria y de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad y el espíritu trivial. Satanás es agasajado como un huésped honrado y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones.
Cuando Cristo clamó: “Consumado es” (…) Satanás cayó del cielo como un rayo.
Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido como su caudillo al príncipe de las tinieblas, y tan pronto como están bajo su estandarte, están en relación con sus ángeles malos. La mente de los hombres está siendo controlada, o bien por los ángeles malos, o por los ángeles de Dios. Nuestra mente está entregada al dominio de Dios, o al dominio de los poderes de las tinieblas; y sería bueno que sepamos dónde nos encontramos hoy: si bajo el estandarte teñido en sangre del Príncipe Emanuel, o bajo el negro estandarte de los poderes de las tinieblas.
Se encenderá un odio satánico contra los testimonios. La obra de Satanás será perturbar la fe de las iglesias en ellos por esta razón: Satanás no puede disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios.
El objeto de Satanás era mantenerles engañados y llevarlos atrás y engañar a los hijos de Dios. Vi a uno tras otro de los que oraban a Jesús en el Santísimo abandonar la compañía e ir a unirse con aquellos que estaban ante el trono e inmediatamente recibieron la influencia impía de Satanás.
Me siento en la obligación de decir a nuestro pueblo que no se dan cuenta que el enemigo tiene un engaño tras otro, y que los pone en acción por medios que si ni siquiera esperan. Las agencias de Satanás inventarán formas por las que transformar a las personas santas en pecadoras. Os digo ahora, que cuando sea puesta a descansar, se darán grandes cambios. No sé cuando seré llevada; y deseo alertar a todos de los engaños del enemigo. Quiero que la gente sepa que fueron alertados plenamente antes de mi muerte.
Si Satanás puede hacernos creer que en la Palabra de Dios hay cosas que no son inspiradas, entonces estará preparado para entrampar vuestras almas.
Satanás ha tomado plena posesión de las iglesias en conjunto.
Una hueste innumerable de malos ángeles está dispersándose por toda la tierra y llena las iglesias. Estos agentes de Satanás consideran con regocijo las agrupaciones religiosas, porque el manto de la religión cubre los mayores crímenes e iniquidades.
Los que alaban a los hombres son usados como agentes de Satanás.
Satanás ejercerá su poder sobre todos los que se hayan entregado a su dominio.
El trabajo de Satanás consiste en conseguir que los hombres ignoren a Dios, para nublar y absorber la mente de tal forma que Dios no esté en sus pensamientos. La educación que han recibido ha sido un carácter tal que confunda la mente y eclipse la verdadera luz. Satanás no desea que la gente tenga un conocimiento de Dios.
Satanás se afianza y cautiva la mente de los hombres mediante falsas doctrinas, haciendo que sostengan teorías que no tienen fundamento en la verdad.”
Cristo apareció en un mundo donde Satanás se había colocado en el trono como soberano. El tenía el control de las mentes humanas. El había tomado los cuerpos humanos y los tenía controlados de tal forma que estaban poseídos por los demonios. La imagen de Dios había sido casi borrada de ellos. El había tomado el control de la nación judía, y fueron llevados al punto de no reconocer a Cristo como hijo de Dios.
Cuando Satanás toma el control de la mente, convierte a los hombres estimados como excelentes en personas locas y endemoniadas.
Hemos de orar por iluminación divina, pero al mismo tiempo deberíamos ser cuidadosos en cuanto a cómo recibimos todo lo que se llama nueva luz. Debemos estar vigilantes, no sea que, bajo la excusa de buscar nuevas verdades, Satanás desvíe nuestras mentes de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo. Se me ha mostrado que es una artimaña del enemigo conducir las mentes para que se detengan en puntos oscuros, sin importancia, que no han sido plenamente revelados o que no son esenciales para nuestra salvación. Esto se transforma en un tema absorbente, la “verdad presente”, cuando todas sus investigaciones y suposiciones sólo sirven para oscurecer más que antes el tema y confundir las mentes de algunos que deberían estar buscando la unidad por medio de la santificación de la verdad.
Satanás es el originador de la enfermedad; y el médico lucha contra su obra y poder.
Satanás controla tanto la mente que se somete para ser controlada por otra, como la mente que ejerce ese control.
Satanás, unido con hombres perversos, engañará al mundo entero y a las iglesias que no reciban el amor a la verdad.
Todos los prodigios y las grandes señales del diablo tienen por finalidad engañar y vencer al pueblo de Dios.
Semejante a un ángel de luz, Satanás entra en cada iglesia, para tratar de atraer los miembros a su lado.