Lo más maravilloso que jamás haya acontecido en la tierra o en el cielo: la encarnación del Hijo de Dios.
La humanidad del Hijo de Dios es todo para nosotros. Es la cadena áurea que une nuestra alma a Cristo, y mediante Cristo, con Dios. Eso ha de ser nuestro estudio.”
A un precio infinito (…) Cristo tomó la humanidad.
Cristo llevó consigo a los atrios celestiales su humanidad.”
Al abandonar el escenario de su humillación, Jesús no perdió nada de su humanidad.
Cristo ascendió al cielo con una naturaleza humana santificada y santa. Llevó esta naturaleza consigo a las cortes celestiales y la llevará por los siglos eternos.
El suceso más precioso para los discípulos en la ascensión de Jesús, fue que él se separó de ellos para ir al cielo en la forma tangible (personal) de su divino Maestro…”
La Divinidad se conmovió de piedad por la humanidad, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se dieron a sí mismos a la obra de formar un plan de redención.