Se debiera mantener la distinción entre la iglesia de Cristo y los profesantes formalistas y sin vida.
El unirse con la iglesia, aunque es un acto importante y necesario, no lo hace a uno cristiano ni le asegura la salvación.
Las iglesias o personas que se privan de llevar cargas en favor de los demás, que se encierran en sí mismas, pronto sufrirán debilidad espiritual.
Se me mostró que los que están tratando de obedecer a Dios y purifican sus almas mediante la obediencia a la verdad, son el pueblo elegido de Dios, su moderno Israel.
El espíritu que existe en la iglesia es de tal naturaleza que puede apartar de Dios y de la senda de la santidad.
Se me mostró que el amor al mundo ha alejado en gran medida a Jesús de la iglesia. Dios quiere que se produzca un cambio; una entrega total a él.
El mundo se convencerá no tanto por lo que el púlpito enseña como por lo que la iglesia vive. El predicador anuncia la teoría del evangelio, pero la piedad práctica de la iglesia demuestra su poder.
Diez miembros que anduviesen con toda humildad de espíritu tendrían mayor influencia sobre el mundo que lo que toda la iglesia con su feligresía actual y la falta de unidad que ha tenido.
Los tres ángeles de Apocalipsis 14 representa al pueblo que acepta la luz de los mensajes de Dios, y salen como agentes suyos para pregonar las amonestaciones por toda la anchura y longitud de la tierra.
Depender del hombre ha sido la mayor flaqueza de la iglesia.
Los creyentes de la tierra y los seres celestiales que nunca han caído constituyen una sola iglesia.
La iglesia de Cristo (…) si es fiel al Señor y obediente a sus mandamientos, morará en ella la excelencia del poder divino.
La iglesia tiene por delante el amanecer de un día esplendoroso y glorioso, siempre y cuando se vista con la cota de la justicia de Cristo, apartándose de toda alianza con el mundo.
“El verdadero pueblo de Dios…estará siempre de parte de los que denuncian claramente los pecados que tan fácilmente asedian a los hijos de Dios.”
El unirse a la iglesia, aunque es un acto importante y necesario, no lo hace a uno cristiano ni le asegura la salvación. No podemos asegurarnos el derecho al cielo por hacer registrar nuestro nombre en el libro de la iglesia mientras nuestro corazón permanece alejado de Cristo.
La misma desobediencia y el fracaso que se vieron en la iglesia judaica han caracterizado en mayor grado al pueblo que ha tenido la gran luz celestial de los últimos mensajes de amonestación.
La iglesia de Dios en la tierra es una con la iglesia de Dios en el cielo. Los creyentes en la tierra y los seres del cielo que nunca han caído constituyen una sola iglesia.
Juan declaró a los judíos que su situación delante de Dios había de ser decidida por su carácter y su vida. La profesión era inútil. Si su vida y su carácter no estaban en armonía con la ley de Dios, no eran su pueblo.
Cristo quiere que en su iglesia en la tierra estén representados el orden celestial, el plan de gobierno celestial, y la armonía divina del cielo.
El poder de la santidad casi ha cesado de existir en nuestras iglesias.
Desde el principio, las almas fieles han constituido la Iglesia en la tierra. En todo tiempo el Señor ha tenido sus atalayas, que han dado un testimonio fiel a la generación en la cual vivimos.
El mayor peligro de la iglesia de Cristo no es la oposición del mundo. Es el mal acariciado en los corazones de los creyentes lo que produce el más grave desastre, y lo que, seguramente, más retardará el progreso de la causa de Dios. No hay forma más segura para destruir la espiritualidad que abrigar envidia, sospecha, crítica o malicia.
Las almas fieles han constituido la iglesia de Dios en la tierra, y él las ha llevado a una relación de pacto consigo mismo, uniendo su iglesia en la tierra con su iglesia en el cielo.
Si nuestra convicción… de tener verdades más grandes que las que tienen otras denominaciones no nos lleva a una consagración más profunda, y a tener vidas más puras y santas, ¿de qué nos aprovecha esta verdad? Hubiera sido mejor no haber visto nunca la luz de la verdad que pretender aceptarla y no ser santificados por ella.
El Señor pide un arrepentimiento de corazón a los que pretenden ser su pueblo. El desenfreno no debe encontrar lugar en sus vidas. Debe guardarse celosamente a la iglesia de Dios de toda sombra de deshonestidad, de toda mancha de corrupción. El amor de Cristo se opone sin ambages a toda avaricia, todo orgullo, toda pretensión.
La iglesia son “aquellos que aman a Dios y guardan sus mandamientos.”
Habrá espíritus seductores y doctrinas de demonios en medio de la iglesia, y estas malas influencias aumentarán. Pero mantén tu confianza firme hasta el fin...
Hay una obra que efectuar entre las iglesias adventistas que aún no se ha realizado. Los ángeles ministradores están esperando para ver quien iniciará la tarea con espíritu recto…Humíllense todos ante Dios, pidiendo gracia y sabiduría para poder ver en qué han violado su santa ley. A menos que su Espíritu los ilumine, nunca lo sabrán, aunque sus hermanos se lo muestren.
Dios posee una iglesia. No es una gran catedral, ni la iglesia oficial establecida, ni las diversas denominaciones; sino el pueblo que ama a Dios y guarda sus mandamientos. "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18: 20). Aunque Cristo esté aún entre unos pocos humildes, ésta es su iglesia, pues sólo la presencia del Alto y Sublime que habita la eternidad puede constituir una iglesia.
Si hemos renunciado al yo y nos hemos entregado a Cristo, somos miembros de la familia de Dios, y todo cuanto hay en la casa del Padre es nuestro. Se nos ofrecen todos los tesoros de Dios, tanto en el mundo actual como en el venidero.
La iglesia militante no es la iglesia triunfante.
Los miembros de la iglesia militante que han demostrado ser fieles integrarán la iglesia triunfante.
Jesús... Dios tiene un pueblo distinto, una iglesia en la tierra, que no es inferior a ningún otro, sino superior a todos en su capacidad de enseñar la verdad y vindicar la ley de Dios...
Sé que el Señor ama a su iglesia, la cual no ha de ser desorganizada ni dispersada en átomos independientes. No existe la menor lógica en esto, ni hay la más mínima evidencia de que ocurrirá tal cosa.
Aunque existen males en la iglesia, y los habrá hasta el fin del mundo, la iglesia ha de ser en estos postreros días luz para un mundo que está contaminado y corrompido por el pecado.
EI "Así dice el Señor" no debe desecharse por un "Así dicen la Iglesia o el Estado".
A menos que la iglesia siga el sendero que le abre la Providencia, y aceptando cada rayo de luz, cumpla todo deber que le sea revelado, la religión degenerará inevitablemente en mera observancia de formas, y el espíritu de verdadera piedad desaparecerá.
En nuestras iglesias grandes existen las mayores maldades, ya que han tenido la mayor luz.
La influencia que más ha de temer la iglesia no es la de aquellos que se le oponen abiertamente, ni la de los incrédulos y blasfemadores, sino la de los cristianos profesos e inconsecuentes.
Sufrimos una pérdida si hacemos caso omiso del privilegio de reunirnos para fortalecernos y alentarnos los unos a los otros en el servicio de Dios.
No hay otra iglesia más que la asamblea de aquellos quienes tienen la palabra de Dios y quiénes son purificados por ella.
Cada uno de los que tratan de vivir una vida cristiana debe recordar que la iglesia militante no es la iglesia triunfante. Se encontrarán en la iglesia personas que tienen tendencias carnales. Estos han de ser compadecidos más que culpados. No ha de juzgarse a la iglesia por conservar estos caracteres, aunque se encuentren dentro de su borde…Puede ser que en la iglesia haya algunos que sean fríos, orgullosos, arrogantes y anticristianos, pero no necesitáis asociaros con esta clase. Hay muchos de corazón cálido, abnegado, que se sacrifican a si mismos, que estarían dispuestos a deponer su propia vida para salvar almas. Jesús vio lo malo y lo bueno con relación a la iglesia, y dijo: “Dejad que ambos crezcan hasta la cosecha.” Ninguno tiene necesidad de convertirse en cizaña debido a que no todas las plantas en el campo son trigo.
¿Esperamos ver que se reavive toda la iglesia? Ese tiempo nunca llegará.
Puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá. Ella permanece en pie, mientras que los pecadores que hay en Sión son tamizados, mientras la paja es separada del trigo precioso. Es una prueba terrible, y sin embargo tiene que ocurrir. Nadie fuera de aquellos que han estado venciendo mediante la sangre del Cordero y la Palabra de su testimonio serán contados con los leales y los fieles, con los que no tienen mancha ni arruga de pecado, con los que no tienen engaño en sus bocas. (Mensajes Selectos, tomo 2, 436, 437; Maranata, 33) El contexto original de esta cita indica que será el remanente de fieles. Esta es la cita: Quizá parezca que la iglesia está por caer; pero no caerá. Permanecerá, mientras que los pecadores en Sión serán eliminados por la zaranda: el tamo será separado del precioso trigo. Esta es una prueba terrible, y sin embargo se llevará a cabo. Nadie sino únicamente los que han llegado a ser vencedores por la sangre del Cordero y la Palabra del testimonio de ellos, serán hallados con los leales y fieles, sin mácula ni mancha de pecado, sin engaño en sus bocas. . . Los del remanente que purifican sus almas obedeciendo la verdad, obtienen vigor del proceso de la prueba, exhiben la belleza de la santidad en medio de la apostasía circundante
Me siente animada y bendecida al comprender que el Dios de Israel sigue conduciendo a su pueblo y que continuará con él hasta el fin.
Dios tiene hijos, muchos de ellos en las iglesias protestantes, y un gran número en las iglesias católicas, que están más listos a obedecer la luz y a hacer lo mejor que ellos saben, que una gran cantidad de adventistas que guardan el sábado, pero que no andan en la luz.
Cuando hay vida en una iglesia, ésta se manifiesta en crecimiento. Consejos sobre
El orgullo de clase y la opresión de los pobres que prevalecen en el mundo, también existen entre los seguidores profesos de Cristo.
La respuesta a la pregunta de Saulo fue: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer". Jesús puso en contacto con su iglesia al perplejo judío, para que recibiera información acerca de su deber. Cristo llevó a cabo la obra de revelación y la convicción; y ahora el penitente estaba en condiciones de aprender de aquellos quienes Dios había ordenado que enseñaran su verdad. De ese modo Jesús sancionó la autoridad de su iglesia organizada, y puso a Saulo en contacto con sus representantes en la tierra.
Nuestro Salvador enseñó que los que se entregan voluntariamente al pecado no deben ser recibidos en la iglesia; no obstante, él relacionó consigo mismo a hombres de carácter defectuoso y les concedió los mismos beneficios de sus enseñanzas y su ejemplo, para que tuvieran la oportunidad de ver sus errores y corregirlos.
(En la iglesia primitiva) Con el fin de obtener ventajas y honores mundanos, la iglesia procuró el favor y el apoyo de los grandes hombres de la tierra, y al rechazar de ese modo a Cristo, fue inducida a rendir lealtad al representante de Satanás, es a saber, al obispo de Roma.
Me lleno de tristeza cuando pienso en nuestra condición como pueblo. El Señor no nos ha cerrado el cielo, pero nuestra propia conducta de permanente apostasía nos ha separado de Dios. El orgullo, la codicia y el amor al mundo han vivido en el corazón sin temor a la expulsión o la condenación. Pecados dolorosos cometidos con presunción se manifiestan entre nosotros. Y sin embargo la opinión general es que la iglesia está floreciendo, y que existe paz y prosperidad espiritual en todos sus términos. La iglesia ha dejado de seguir a Cristo, su líder, y está volviéndose firmemente hacia Egipto. Sin embargo pocos están alarmados o sorprendidos por su falta de poder espiritual. La duda y hasta el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios están leudando nuestras iglesias por doquiera. Satanás quiere que esto ocurra así.
Aquí están claramente representados dos diferentes grupos , formados a partir de una compañía que una vez estuvo unida. Los miembros de uno de estos partidos están en resistencia a la voluntad de Dios. Se han apartado del lado de los leales y verdaderos, y ahora están resistiendo las advertencias del Espíritu de Dios.
Si la autoridad de las Escrituras es socavada de alguna manera por la iglesia, la iglesia se despoja de su propia autoridad, porque su autoridad se deriva de las Escrituras.
La iglesia de Dios porque se ha amoldado al mundo, es más mundana que cristiana y esto es transgredir la ley de Dios.
Cristo enseñó que su iglesia es un reino espiritual. El mismo, el “Príncipe de paz", es la cabeza de su iglesia.
Todos los grandes eventos y los solemnes asuntos de la historia del Antiguo Testamento, han sido repetidos y se están repitiendo en la iglesia en estos últimos días.
El Señor Jesús siempre tendrá un pueblo escogido que le servirá. Cuando el pueblo judío rechazó a Cristo, el Príncipe de la vida, él les quitó el reino de Dios y se lo dio a los gentiles. Dios continuará obrando de acuerdo con este principio en cada rama de su obra. Cuando la iglesia demuestra que es infiel a la obra del Señor, no importa cuán alto y sagrado pueda ser su llamado, Dios no puede seguir trabajando con ella.
Dios tenía una iglesia cuando Adán, Eva y Abel recibieron con gozo las buenas nuevas de que Jesús era su redentor.
Cuando nuestro pueblo tiene tan poco discernimiento, que fortalece las manos de los que mienten y continúan haciendo el mal, se hace responsable por su mal proceder. Dios no está con él.
Los que guardan los mandamientos de Dios, los que viven no sólo de pan sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, componen la iglesia del Dios viviente. Manuscrito 24, enero 1891
Los cristianos han acusado a la nación judía por rechazar al Salvador; pero muchos que profesan ser seguidores de Cristo están actuando peor de lo que lo hicieron los judíos, porque están rechazando una luz mayor cuando desprecian la verdad para este tiempo.
No somos salvos como una secta; ninguna denominación tiene virtud alguna para traernos el favor de Dios. Somos salvos individualmente como creyentes en el Señor Jesucristo.
Posiblemente, no podría describir la impresión que fue hecha sobre mi mente cuando se dijo que nuestras instituciones médicas no eran denominacionales. Mientras consideraba este asunto en la noche, me pareció como si Uno estuviera y nos recordara a los israelitas como ejemplo de un pueblo distintivo denominado por Dios. Lo que los hizo denominacionales fue la observancia de los mandamientos de Dios. En los versículos del 12 al 18 del capítulo 31 de Éxodo se menciona la señal distintiva. `De cierto mis sábados guardaréis, declaró el Señor, `porque es señal entre mi y vosotros por vuestras generaciones; para que sepáis que yo soy el Señor que os santifico…Para siempre será una señal entre mí y los hijos de Israel.´ Cuando llegas al punto de decidir servir a Dios, eres denominacional.
La incredulidad y la maldad de los judíos no debilitaron el propósito de Dios; (…) Se les cerraron las sinagogas a los apóstoles; pero las casas privadas fueron abiertas completamente para su uso, y los edificios públicos de los gentiles también se usaron para predicar la palabra de Dios.
La conducta de Jesús se caracterizó por la gracia, humildad, amor, y verdad. Cada miembro de su iglesia militante debe manifestar sus mismas cualidades, si quiere ser parte de la iglesia triunfante.
Mientras Cristo está sembrando la buena semilla, Satanás está sembrando cizaña. Hay dos influencias opositoras que se ejercen constantemente sobre los miembros de la iglesia. Una influencia está trabajando para la purificación de la iglesia, y la otra está corrompiendo al pueblo de Dios.
El Señor no actúa hoy para atraer más gente a la verdad a causa de los miembros que nunca se convirtieron, y de los que se apartaron de la verdad.
Hay muchísimos de los que componen nuestras congregaciones que están muertos en delitos y pecados.
Si el mundo ve que existe perfecta armonía en la iglesia de Dios, será para este una poderosa evidencia a favor de la religión cristiana. Las disensiones, algunas desdichadas divergencias y los enfrentamientos por insignificancias en la iglesia, deshonran a nuestro Redentor.
Me fueron mostrados aquellos que creen poseer el último mensaje de misericordia y la necesidad que tienen de estar separados de los que están bebiendo diariamente nuevos errores. Vi que ni los jóvenes ni los ancianos debían asistir a sus reuniones; porque es malo alentarlos así mientras enseñan el error que es veneno mortal para el alma, y mientras presentan como doctrinas los mandamientos de los hombres. La influencia de tales reuniones no es buena. Si Dios nos ha librado de tales tinieblas y error, debemos destacarnos firmemente en la libertad con que nos emancipó y regocijarnos en la verdad. Dios siente desagrado hacia nosotros cuando vamos a escuchar el error, sin estar obligados a ir; porque a menos que nos mande a aquellas reuniones donde se inculca el error a la gente por el poder de la voluntad, no nos guardará. Los ángeles dejan de ejercer su cuidado vigilante sobre nosotros; y quedamos expuestos a los golpes del enemigo, para ser entenebrecidos y debilitados por él y por el poder de sus malos ángeles, y la luz que nos rodea se contamina con las tinieblas.
Con la elección de los primeros y pocos discípulos y su esfuerzo personal se estaba comenzando la fundación de la iglesia cristiana.
El tabernáculo judío era un símbolo de la iglesia cristiana... La iglesia en la tierra, compuesta por los que son fieles y leales a Dios, es el "verdadero tabernáculo" del cual es ministro el Redentor. Dios, y no el hombre, levantó este tabernáculo sobre una plataforma alta y elevada.
La generación que Jesús censuró (...) orgullosos, autosuficientes y altivos, se habían separado más y más del cielo hasta el punto de convertirse en súbditos voluntarios de Satanás.”
La iglesia militante no es la iglesia triunfante. A menos que el pueblo de Dios haga una guerra valiente en contra todo tipo de pecado jamás entrará por las puertas de la ciudad santa.
En el día del juicio se revelarán muchas cosas secretas. Entonces veremos lo que la creencia en la Palabra de Dios hizo por los hombres y las mujeres. Se verá cómo pequeñas compañías, a veces no más de tres o cuatro, se habían reunido en lugares secretos para buscar al Señor, y la forma en que recibieron luz y gracia, y ricas joyas del pensamiento. El Espíritu Santo fue su maestro, y sus vidas revelaron las bendiciones que vienen de una posesión de los oráculos de Dios. Cuando Cristo separe la cizaña del trigo, se verá que Dios reconoce y honra a estos humildes seguidores. En el mundo tal vez no fueron considerados dignos de reconocimiento, pero en las cortes celestiales están registrados como verdaderos y fieles. A través de la prueba y la oposición mantuvieron su fe sin mancha.
El Señor Jesús siempre tendrá un pueblo escogido que le servirá. Cuando el pueblo judío rechazó a Cristo, el Príncipe de la vida, El les quitó el reino de Dios y se lo dio a los gentiles. Dios continúa obrando de acuerdo con este principio en cada rama de su obra. Cuando una iglesia demuestra que es infiel a la obra del Señor, no importa cuán alto y sagrado pueda ser su llamado, Dios no puede seguir trabajando con ella. Otros son escogidos entonces para llevar importantes responsabilidades. Pero si éstos a su vez no purifican sus vidas de toda acción errónea, si no establecen principios puros y santos en todos sus límites, entonces el Señor los afligirá y humillará dolorosamente y, a menos que se arrepientan, los quitará de su lugar y hará que sean un baldón. . .
La indignación de los escribas y fariseos no conocía límites. Recogiendo sus ropas como si temieran la contaminación, sacudiendo el polvo de sus pies contra él, y tratándole con el mayor desprecio y burla dijeron: “Tu que naciste en pecado nos enseñas a nosotros.” Y de manera poco educada lo expulsaron de la sinagoga. La oveja fue sacada del rebaño por ser un testimonio viviente del poder de Cristo. Muchos han sido expulsados de la iglesia cuyos nombres estaban escritos en el libro de la vida. Lobos vestidos de ovejas estuvieron prestos para sacar del rebaño y devorar a uno que tenía derecho al pasto del Señor; pero Jesús, el Verdadero Pastor, lo buscó, y le dio un lugar en el rebaño.
Allá donde Cristo está, incluso entre unos pocos humildes, esta es la iglesia de Cristo.La presencia del Santo que habita la eternidad puede sólo constituir una iglesia.
La iglesia arriba, unida con la iglesia abajo, está guerreando la buena batalla sobre la tierra.
Cada verdadero creyente es parte del cuerpo de Cristo.
Los que no tienen una conexión viviente con Cristo pueden aparentar externamente que están en comunión con él. Sus nombres puede que estén en los libros de la iglesia, pero no son miembros de su cuerpo.
“Aquellos que guardan los mandamientos de Dios… componen la iglesia del Dios viviente.”
En cuanto logró Satanás que la iglesia aceptase favores y honores del mundo su pretexto de recibir beneficios, principió a perder ella el favor de Dios. Se fue debilitando en poder al rehuir declarar las auténticas verdades que eliminaban a los amadores del placer y a los amigos del mundo. La iglesia no es ahora el apartado y peculiar pueblo que era cuando los fuegos de la persecución estaban encendidos contra ella. (...) Vi que si la iglesia hubiese conservado siempre su carácter peculiar y santo, todavía permanecería en ella el poder del Espíritu Santo que recibieron los discípulos. Sanarían los enfermos, los demonios serían reprobados y echados, y la iglesia seria potente, y un terror para sus enemigos.
No somos salvados como una secta; ninguna denominación tiene virtud alguna para que merezcamos el favor de Dios.