El médico que depende de la medicación a base de drogas en su práctica, demuestra que no comprende la delicada maquinaria del organismo humano. Está introduciendo en el sistema una semilla que nunca perderá las propiedades destructivas a lo largo de toda la vida.
Los que convierten la ingestión de drogas en una práctica, pecan contra su inteligencia y ponen en peligro toda su vida futura.
Dondequiera vayáis encontraréis deformidad, enfermedad e imbecilidad, que en muchísimos casos pueden atribuirse directamente a las drogas venenosas administradas por la mano del médico para curar alguna enfermedad.
El libre uso de drogas venenosas es una práctica que prepara el terreno para un gran acopio de enfermedades y de males aun peores.
La mayor parte de las enfermedades que han hecho sufrir y que están haciendo padecer a la humanidad, han sido creadas por los hombres debido a la ignorancia de las leyes básicas que rigen su propio organismo. Parecen indiferentes en materia de salud, y trabajan con perseverancia para despedazarse, y cuando están quebrantados y debilitados corporal y mentalmente, mandan a buscar al médico y se acarrean la muerte con las drogas
Miles de personas que están enfermas podrían recuperar la salud, si, en lugar de hacer depender su vida de la farmacia, eliminaran todos las drogas y vivieran en forma sencilla, sin usar té, café, alcohol o especias que irritan el estómago y lo dejan débil, incapaz de digerir aun el alimento más simple sin un estímulo.(…) Usar drogas mientras se siguen practicando malos hábitos es una inconsecuencia, y deshonra grandemente a Dios al deshonrar el cuerpo que él ha hecho. (…) Los que quieren complacer su apetito y luego sufren por causa de su intemperancia, y toman drogas para aliviarse, pueden estar seguros que Dios no intervendrá para salvar la salud y la vida que tan temerariamente se expone al peligro. La causa ha producido el efecto. Muchos, como último recurso, siguen las indicaciones de la Palabra de Dios, y solicitan las oraciones de los ancianos de la iglesia en favor de la restauración de su salud. Dios no ve conveniente contestar oraciones ofrecidas en favor de los tales, porque sabe que si se les devolviera la salud, nuevamente la sacrificarían en aras del apetito malsano.
La medicación por medio de las drogas, tal como se la practica generalmente, es una maldición. Aprended a evitar las drogas. Usadlas cada vez menos y confiad más en la higiene; entonces la naturaleza responderá a los médicos de Dios: el aire puro, el agua pura, el ejercicio apropiado, una clara conciencia. Los que persisten en el uso del té, el café y los alimentos a base de carne sentirán la necesidad de las drogas, pero muchos podrían restablecerse sin una pizca de medicina si obedecieran las leyes de la salud. Rara vez es necesario usar drogas.
El negocio de la droga ha hecho más daño a nuestro mundo y ha matado a más personas de las que ha ayudado o curado.
Rara vez tienen que utilizarse los medicamentos.
En ciertos casos (los médicos en Battle Creek) han acudido a las drogas para quitar la fiebre, según creían ellos. En varios casos, este método interrumpió la fiebre y otras enfermedades, pero esto ha afectado al cuerpo entero. El Señor ha tenido el agrado de presentarme este asunto en forma clara. No es necesario que la fiebre se trate con drogas. La naturaleza tiene sus recursos para manejar mejor y con más éxito los casos más difíciles. La medicina con drogas ha destruido el poder de la maquinaria humana y los pacientes han muerto. (…) Miles de personas pierden la vida en el esfuerzo por lanzar fuera los venenos que estas drogas contienen.
Los obreros que temen a Dios no usarán drogas venenosas. (…) Una y otra vez les he dicho a los empleados de nuestros sanatorios que de acuerdo a la luz que Dios me ha dado, sé que en casos de fiebre, si ellos tomaran el caso a tiempo y usaran métodos naturales de tratamiento en vez de drogas, no perderían ni un solo paciente.