idolatría

Los que usan tabaco, té y café debieran poner de lado esos ídolos, y colocar en la tesorería del Señor lo que gastan en ellos.

Testimonios, Tomo 1, 203

Hay muchos ídolos que se adoran aún entre los profesos guardadores del sábado.

Testimonios, Tomo 1, 528

Aunque no haya altares a la vista, ni ninguna imagen que el ojo puede ver, sin embargo, podemos estar practicando la idolatría. Es tan fácil hacer una imagen de ideas u objetos acariciados como lo es el hacer dioses de madera o de piedra. Hay miles que tienen un falso concepto de Dios y de sus atributos. Están tan ciertamente adorando a un falso dios como los seguidores de Baal. ¿Estamos nosotros adorando al verdadero Dios, según está revelado en su Palabra, en Cristo y mediante la naturaleza, o estamos adorando algún ídolo filosófico que hemos puesto en su lugar? Dios es un Dios de verdad. La justicia y la misericordia son los atributos de su trono.

Testimonios, Tomo 5, 162

Satanás se esfuerza siempre en presentar de un modo falso el carácter de Dios, la naturaleza del pecado y las verdaderas consecuencias que tendrá la gran controversia. Sus sofismas debilitan el sentimiento de obligación para con la ley divina y dan a los hombres libertad para pecar. Al mismo tiempo les hace aceptar falsas concepciones acerca de Dios…

El Conflicto de los Siglos, 625

Cualquier cosa que se convierta en objeto de atención y admiración indebidas, que absorba la mente, es un dios que se escoge antes que al Señor.

Mensajes Selectos, 126, 1901; CBA t4, 1167

Me fue presentada una visión en la cual vi a los alumnos jugando partidas de tenis y cricket. Luego se me instruyó acerca del carácter de esas diversiones. Me fueron presentadas como una especie de idolatría, como los ídolos de las naciones.

Consejos Maestros, 335

Multitudes siguen hoy a Baal al exaltar lo humano sobre lo divino, al alabar a los dirigentes populares, al rendir culto a Mammón y al colocar las enseñanzas de la ciencia sobre las verdades de la revelación.

Patriarcas y Reyes ,125

Muchas personas están creando para sí preocupaciones y ansiedades innecesarias al dedicar tiempo y consideración a los adornos superfluos que llenan sus casas. Se requiere el poder de Dios para apartarlas de su devoción, porque esto constituye en todo sentido una idolatría.

Maranata, 46

La mundanalidad y la avaricia es idolatría.

Maranata, 191

Dios clasifica como idólatras a los que confían en su propia sabiduría, sus propias maquinaciones, que dependen para el éxito de sus riquezas y poder, que se esfuerzan por fortalecerse mediante alianzas con hombres a quienes el mundo llama grandes…

Review and Herald, 15-3-1906; CBA1, 1119

Los que tratan de ser conciencia de sus semejantes, se colocan por encima de Dios.

Testimonios, Tomo 9, p. 234

La música es el ídolo que adoran muchos profesos cristianos guardadores del sábado.

La Voz, 468

Un artista puede hacer lo mejor posible para representar las cosas que sus ojos nunca han visto, pero sus representaciones están tan lejos de la realidad, que siento aflicción cuando las miro. ni Dios, ni el cielo, ni Cristo que es la imagen del Padre, pueden ser representados acertadamente por el genio artístico de un hombre. Sí Dios hubiera considerado aconsejable representar a Cristo de esta manera, su persona hubiera sido descrita en los escritos apostólicos. Se nos presenta a Cristo mediante las palabras del discípulo Juan, (Jn.1:1-14) Cristo debe serlo todo y en todos para el creyente. No debe existir nada del yo, pero sí todo de Cristo, a quien pertenecemos, por creación y redención. El Espíritu Santo toma las excelencias más atractivas de aquel que es todo el codiciable, y las presenta de tal forma que atrae la atención y recibe la mejor atención del corazón renovado. Dios se propone que el Espíritu Santo, mantenga frente al ojo de la mente escenas que atraerán y absorberán todo lo que existe del alma recién nacida. No necesitamos ninguna representación externa de la persona de Cristo, la imaginación debe tomar al Hijo unigénito del Padre lleno de gracia y verdad, todo el codiciable, señalado entre diez mil."

Ministerio de Publicaciones, 243

Deseo decirle que me he sentido tristemente defraudada por los recortes preparados para libros como la Vida de Cristo (El Deseado de todas las gentes). Considero que, si el hermano "A" acepta tales imágenes, sus ojos y gustos han perdido su agudeza mental. No puede esperar que me agraden dichas reproducciones. Observe minuciosamente estas figuras y verá que fueron copiadas de diseños católicos o fueron hechas por artistas católicos. El cuadro de María tiene la fisonomía de un hombre, a Cristo se lo representa con dos dedos prominentes mientras que los otros están cerrados, es un símbolo totalmente católico y me opongo a esto. Veo poca belleza en los rostros de las personas. Los paisajes y escenas de la naturaleza no son censurables, pero jamás podría descansar mis ojos sobre los rostros en el cuadro sin sentir dolor. Preferiría no tener ninguna ilustración antes que tener retratos que no son más que desfiguraciones de la verdad. Ésta es mi opinión. ¿Dónde está el ojo discernidor? Sería mejor pagar un precio doble o triple para tener ilustraciones que no perviertan los hechos, si es que hemos de tenerlas. Hubiera preferido que no se esforzaran en poner ilustraciones, sino más bien que distribuyeran el libro y permitieran que éste hable por sí mismo. Considero que los rostros en esas escenas están tan pobremente representados que es una perversión de los hechos. Si éste es el trabajo de "A", no puedo aceptarlo como diseñador, y si él puede aceptar esas representaciones, no puedo respetar ni honrar su juicio. No perjudique mi libro con desfiguraciones que rebajan los hechos y el contenido que representa. El hermano "A" necesita santificar sus sentidos para entender la espiritualidad de la verdad. Es posible que esté estudiando las artes europeas, pero en casi todos sus diseños se verán rasgos católicos."

Carta 81a, 20 de diciembre de 1897

Los hombres en posiciones de responsabilidad en la obra de Dios necesitan ser renovados en el espíritu de su mente. Levanten las voces contra la adoración del ser humano, dando honor sólo a quien la merece.

Counsels To Writers, 173

Nuestros hermanos se separan de Dios por el hecho de rendir homenaje a los hombres.

Materiales 1888, p. 358

Decimos decididamente a cada ministro de Jesucristo que debe unirse a la Fuente de toda luz y poder y que no debe seguir la sombra de otro hombre viviente, porque es Cristo a quien debe estar sujeto, y no debiera unir su corazón a otro ser humano y permitir que el hombre piense por él. No está tomando su posición en la sociedad o en el mundo si simplemente acepta lo que su padre ha dicho, y lo que su padre, u otro buen gran hombre en generaciones pasadas, ha hecho, y se sumerge a sí mismo, y su individualidad, en ellos. Algunos que piensan que predican el evangelio están predicando las ideas de otros hombres. De algún modo han llegado a la conclusión de que no es parte del llamado o de la obra de un ministro pensar diligentemente y con oración. Aceptan lo que otros han enseñado sin ejercer su individualidad. Esta doctrina, enseñada por la iglesia de Roma, es la dependencia completa en los dirigentes. La conciencia individual no es propia; el juicio debe ser controlado por las ideas de otros hombres, y su inteligencia no debe sujetarse más allá de la de los dirigentes. Satanás tiene su mano en todo esto para reducir la obra de Dios.

Materiales 1888, p.834

La gente estaba esclavizada (…) por su fe ciega en un sacerdocio corrompido. Cristo debía romper esas cadenas. El carácter de los sacerdotes, gobernantes y fariseos debía ser expuesto plenamente.

Deseado de Todas las Gentes, 563

No debe haber deificación de los seres humanos, porque esto desagrada mucho a Dios.

Materiales 1888, 359

No puede haber una evidencia más clara en las iglesias de que las verdades de la biblia no han santificado a los que las recibieron, que el apego de ellos a algún ministro favorito, y su renuencia para aceptar y ser beneficiados por la obra de algún otro maestro que les ha sido enviado en la providencia de Dios. (…) Los ministros no deben ser idolatrados.

“Redemption: The Teachings of Paul, 74,75; 6 CBA 1086