A Dios hay que servirle por principio y no por sentimiento.
La fe no es sentimiento. "Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven." La verdadera fe no va en ningún sentido aliada a la presunción. Únicamente aquel que tiene verdadera fe está seguro contra la presunción, porque la presunción es la falsificación de la fe por Satanás. La fe se aferra a las promesas de Dios, y produce fruto en obediencia. La presunción se atiene también a las promesas, pero las emplea como las empleó Satanás, para disculpar la trasgresión. La fe habría inducido a nuestros primeros padres a confiar en el amor de Dios y obedecer sus mandamientos. La presunción los indujo a violar su ley, creyendo que su gran amor los salvaría de las consecuencias de su pecado.
Debéis siempre sentir que es pecado actuar en base a impulsos.
Los sentimientos no son fe.
Cada emoción y deseo debe estar sujeto a la razón y a la conciencia.
Hay muchas personas supuestamente santificadas que están ayudando a Satanás en su obra. Hablan mucho de los sentimientos y de su amor a Dios. Pero Dios no reconoce su amor, porque es un engaño del enemigo.
Los sentimientos son a menudo engañosos y las emociones no son una salvaguarda segura; porque son variables y están sujetos a circunstancias externas. Muchos se pierden porque confían en las impresiones de sus sentidos.
Hay una agitación emotiva, mezcla de lo verdadero con lo falso, muy apropiada para extraviar a uno.