No hay mayor engaño que pueda seducir a la mente humana que aquel de hacer creer a los hombres que están perfectamente bien y que Dios acepta sus obras cuando están pecando contra él.
Cuando entran errores en nuestras filas, no hemos de entrar en controversia acerca de ellas. Debemos dar fielmente el mensaje de reprensión, y luego presentar la verdad en contraste con el error para desviar al pueblo de las ideas antojadizas y erróneas.
El acto capital que coronará el gran engaño será que el mismo Satanás se dará por Cristo.
Todo error está mezclado con algo de verdad y esta circunstancia contribuye a que los engaños de Satanás sean más difíciles de discernir.
Hay estrellas fugaces que profesan ser ministros enviados por Dios y van predicando el sábado de lugar en lugar; pero han mezclado la verdad con el error y le ofrecen al pueblo el conjunto de sus opiniones dispares.
Jesús...impartía la luz verdadera, sembraba la semilla del Evangelio, separaba la verdad del error con que se había mezclado y la presentaba en su claridad y sencillez originales para que los hombres pudiesen comprenderla.
El error se encuentra mezclado con mucho que es verdad, y se lo acepta en su significado extremo;
Hoy hay falsos guías espirituales, a cuyas doctrinas muchos prestan atención ansiosamente. (….) Es el deber de todo siervo de Dios resistir firmemente a estos pervertidores de la fe y, por la palabra de verdad, exponer denodadamente sus errores.
A medida que nos acerquemos al tiempo de el fin, el error estará tan mezclado con la verdad que sólo los que cuenten con la dirección del Espíritu Santo podrán distinguir al uno de la otra.
Uno de los engaños más exitosos de Satanás es inducir a los hombres a pretender que están santificados, mientras viven en desobediencia a los mandamientos de Dios.
El ministro dice a sus oyentes que no pueden guardar la ley de Dios. “No es algo a lo que estemos sujetos en este tiempo”. “Debéis creer en Cristo; El os salvará; creed solamente”. (…) El ministro puede profesar ser sincero; pero está buscando tranquilizar la conciencia agitada con una falsa esperanza. Hay muchos a los que se les hace creer que están en el camino que lleva al cielo, porque profesan creer en Cristo, mientras rechazan la ley de Dios. Pero al final se darán cuenta que estaban en el camino de la perdición, en vez del camino al cielo. El veneno espiritual está recubierto de la doctrina de la santificación, y administrado a la gente. Miles lo tragan ávidamente, creyendo que si simplemente son honestos en su creencia estarán seguros. Pero la sinceridad no convertirá el error en verdad. Un hombre puede tomar un veneno pensando que es un alimento; pero sus sinceridad no le salvará de los efectos del veneno.
Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles.
La iglesia necesita despertar a una comprensión de los sutiles poderes de los agentes satánicos, a los cuales debe hacer frente.
Hay que desenmascarar la falsedad, hay que exponer su verdadero carácter, y hay que hacer brillar la luz de la ley de Jehová para que ilumine las tinieblas morales del mundo. Debemos presentar las pretensiones de su Palabra. No seremos considerados sin culpa si descuidamos este deber solemne.
El Señor ha señalado los errores, y quienes no disciernan dónde se ha introducido Satanás continuarán extraviados por falsos senderos.
Una y otra vez se me ha mostrado que el pueblo de Dios en estos últimos días no podía estar seguro si confiaba en los hombres.
Un hombre puede parecer que está bajo la influencia del espíritu de Dios, pero puede estar engañado.
“Satanás, unido con hombres perversos, engañará al mundo entero y a las iglesias que no reciban el amor a la verdad.”
“La mejor manera de exponer el error es presentar las evidencias de la verdad.”
Vi que Dios tiene hijos sinceros entre los adventistas nominales y las iglesias caídas, y antes que sean derramadas las plagas, los ministros y la gente serán invitados a salir de esas iglesias y recibirán gustosamente la verdad. Satanás lo sabe; y antes que se dé el fuerte pregón del tercer ángel, despierta excitación en aquellas organizaciones religiosas, a fin de que los que rechazaron la verdad piensen que Dios los acompaña. Satanás espera engañar a los sinceros e inducirlos a creer que Dios sigue obrando en favor de las iglesias. Pero la luz resplandecerá, y todos los que tengan corazón sincero dejarán a las iglesias caídas, y se decidirán por el remanente.