Dios puede cumplir en cualquier momento lo que promete, y la obra que él ordena a su pueblo que haga puede realizarla por su medio. Si ellos quieren vivir de acuerdo con toda palabra que él pronunció, se cumplirán para ellos todas las buenas palabras y promesas. Pero, si no prestan una obediencia perfecta, las grandes y preciosas promesas quedarán sin efecto.
Toda promesa de la Palabra de Dios nos pertenece.
Toda promesa de la Palabra de Dios viene a ser un motivo de oración, pues su cumplimiento nos es garantizado por la palabra empleada por Jehová.
Si vivimos conforme a su Palabra, se cumplirán en nuestro favor todas sus promesas.