Mi hermano, yo deseo decirle, cuídese como procede. No está procediendo en forma sabia. Cuanto menos hable acerca del diezmo que ha sido utilizado para los campos más necesitados y desanimados en el mundo, más prudente será. Por varios años se me ha presentado que debía utilizar mi diezmo para ayudar a los ministros blancos y de color a los cuales se les ha descuidado y no habían recibido lo suficiente para el sostener a sus familias. Cuando mi atención fue llamada a los ministros más mayores, blancos o negros, mi trabajo especial fue investigar acerca de sus necesidades y suplementarlas. Esto debía ser mi trabajo especial y yo lo he hecho en numerosas ocasiones. Ningún hombre debiera dar notoriedad a este hecho Con respecto a la obra de los de color en el Sur, este campo ha sido y sigue siendo robado de los medios que debieran llegar para estos obreros. Si ha habído casos donde nuestras hermanas han utilizado sus diezmos para el sostén de los ministros que trabajan con la gente de color en el Sur, que cada hombre, si es sabio, guarde silencio. Yo misma he utilizado mis diezmos para los casos más necesitados que me han traído. Yo he sido instruida a hacer esto, y como el dinero no se ha retenido de la tesorería del Señor, esto es un asunto que no debe comentarse, porque sería necesario que hiciera conocer estas cosas, los cuales no deseo hacer, porque no es lo mejor. Algunos casos han estado delante de mi por años y yo he suplido sus necesidades con el diezmo, como Dios me ha instruido hacer. Y si alguna persona me preguntara, Hermana White, utilizaría Ud. mis diezmos donde yo supiera que hay más necesidad, Yo le contestaría, Si, yo lo haría; lo he hecho. Yo exalto a esas hermanas que han puesto sus diezmos en donde más se necesitaba para ayudar a hacer la obra que se ha dejado incompleta. Si a este asunto se le da publicidad, crearía un percepción que es mejor dejarlo como esta. No me interesa que se de publicidad a este trabajo, el cual el Señor me ha elegido a mi y a otros para hacer. Yo te envió este asunto para que no cometas un error. Las circunstancias alteran los asuntos. Yo no aconsejaría a nadie para que haga del uso del dinero del diezmo una práctica. Pero por años ha habido personas aquí y allá que han perdido su confianza en la utilización del diezmo, lo cuales ha puesto sus diezmos en mis manos y dicen que si yo no los tomo, ellos mismos lo utilizarán con las familias de los ministros más necesitados que puedan hallar. Yo he tomado el dinero, les he dado un recibo y le dije como iba ser utilizado. Yo le escribo esto para que se mantenga tranquilo y no se le suban los ánimos y haga público este asunto en caso que alguien siga su ejemplo.