Fue la apostasía lo que indujo a la iglesia primitiva a buscar la ayuda del gobierno civil.
Es a través de la eficacia de la cruz que los ángeles del cielo son guardados de apostasía.
¿Dónde están los atalayas que deberían estar de pie sobre las murallas de Sion? ¿Están durmiendo?
Estamos viviendo en los últimos días de la historia terrena, y no debe sorprendernos nada que ocurra en términos de apostasía y de negación de la verdad. La incredulidad se ha convertido ahora en un arte que los hombres ejercen para la destrucción de sus almas. Existe constantemente el peligro de la existencia de impostores entre los predicadores del púlpito, cuyas vidas contradigan las palabras que pronuncian; pero la voz de advertencia y amonestación se escuchará mientras dure el tiempo; y los que sean culpables de transacciones que nunca deberían haber realizado, cuando sean reprochados o aconsejados mediante los instrumentos señalados por el Señor, resistirán el mensaje y rehusarán ser corregidos. Seguirán adelante tal como lo hicieron Faraón y Nabucodonosor, hasta que el Señor les quite la razón y sus corazones ya no puedan ser impresionados. Oirán la palabra del Señor, pero si prefieren no prestarle atención, el Señor los hará responsables de su propia ruina.
Una cosa es cierta: los adventistas del séptimo día que adoptan su posición bajo la bandera de Satanás, primero abandonarán su fe en las advertencias y reproches contenidos en los testimonios del Espíritu de Dios.
Cuando por alguna razón uno de los hermanos cae bajo la tentación, y debido a los mensajes de amonestación que le fueron dados se ofende, como hicieron los discípulos de Cristo, y no anda más con Cristo; cuando él comienza a trabajar en contra de la verdad y hace público su desafecto, declarando como falsedades cosas que son verdaderas, debe hacerse frente a este proceder. No debe permitirse que la gente crea una mentira. Debe informársele de la verdad. El manto de suciedad con el cual el siervo de Dios se ha cubierto debe ser quitado.
Podemos negar a Cristo en nuestra vida entregándonos al amor de la comodidad y del yo, bromeando y buscando los honores del mundo. Podemos negarle en nuestro aspecto exterior, conformándonos al mundo, o mediante un porte orgulloso o atavíos costosos.
La misma desobediencia y el fracaso que se vieron en la iglesia judaica han caracterizado en mayor grado al pueblo que ha tenido la gran luz celestial de los últimos mensajes de amonestación.
Los cristianos han acusado a la nación judía por rechazar al Salvador; pero muchos que profesan ser seguidores de Cristo están actuando peor de lo que lo hicieron los judíos, porque están rechazando una luz mayor cuando desprecian la verdad para este tiempo.
Si pudiese descorrerse el telón, y pudieseis discernir los propósitos de Dios y los juicios que están por caer sobre un mundo condenado, si pudieseis ver vuestra propia actitud, temeríais y temblaríais por vuestras propias almas y por las almas de vuestros semejantes. Haríais ascender al cielo fervientes oraciones con corazón angustiado. Lloraríais entre el pórtico y el altar, confesando vuestra ceguera espiritual y apostasía.
Las confederaciones aumentarán en número y en poder a medida que lleguemos más cerca del fin del tiempo. Estas confederaciones crearán influencias opositoras a la verdad, formando nuevas facciones de profesos creyentes, que presentarán sus propias teorías engañosas. La apostasía aumentará. "Algunos apostarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios". Hombres y mujeres se han confederado para oponerse al Señor Dios del cielo, y la iglesia está despierta solamente a medias para hacer frente a la situación. Se necesita mucho más oración, mucho más esfuerzo ferviente entre los profesos creyentes
Una cosa es cierta y pronto será evidente, la gran apostasía, que se está desarrollando, incrementando y fortaleciendo, continuará hasta que el Señor descienda del cielo.
Una iglesia apóstata es la que acorta la distancia entre ella misma y el papado.
La raya de demarcación entre su pueblo y el mundo debe mantenerse siempre inequívocamente bien trazada. (…) Nunca podemos correr el riesgo de sacrificar los principios aliándonos con los que no le temen. Existe un peligro constante de que los que profesan ser cristianos lleguen a pensar que a fin de ejercer influencia sobre los mundanos, deben conformarse en cierta medida al mundo. Sin embargo, aunque una conducta tal parezca ofrecer grandes ventajas, acaba siempre en pérdida espiritual.
El pueblo profeso de Dios es egoísta y se cuida a si mismo. Aman las cosas de este mundo, y tiene compañerismo con las obras de las tinieblas. Se complacen en la injusticia. No tienen amor hacia Dios ni amor a sus semejantes. Son idólatras, y peores, mucho peores a la vista de Dios, que los paganos, los que adoran imágenes talladas porque estos no tienen conocimiento de nada mejor. Como el Israel de antaño, la iglesia ha deshonrado a su Dios apartándose de la luz, descuidando sus deberes, y abusando de su alto y exaltado privilegio de tener un carácter peculiar y santo. Sus miembros han violado su pacto de vivir para Dios y para El solamente. Se han unido con los egoístas y amantes del mundo. Han albergado al orgullo, al amor al placer y al pecado, y Cristo los ha dejado.
Si la presencia de un Acán fue suficiente para debilitar todo el campamento de Israel, ¿Puede sorprendernos el poco éxito de nuestros esfuerzos cuando cada iglesia y casi cada familia tienen su Acán?
De acuerdo con la luz que Dios me ha dado en visión, el pecado y el engaño están incrementándose entre el pueblo de Dios que profesa guardar sus mandamientos. El discernimiento espiritual para ver el pecado tal y como existe está decreciendo entre el pueblo de Dios; y la ceguera espiritual se aproxima rápidamente sobre ellos. El testimonio directo debe ser reavivado y separará aquellos de Israel que han estado en guerra con los medios corruptos que Dios ha ordenado mantener fuera de la iglesia. A lo malo se le debe llamar malo. Los pecados graves deben ser declarados por su nombre. Todo el pueblo de Dios debiera acercarse a El y purificar las vestiduras del carácter con la sangre del cordero. Entonces verán el pecado tal y como es y se darán cuenta cuan ofensivo es a la vista de Dios.
Me lleno de tristeza cuando pienso en nuestra condición como pueblo. El Señor no nos ha cerrado el cielo, pero nuestra propia conducta de permanente apostasía nos ha separado de Dios. El orgullo, la codicia y el amor al mundo han vivido en el corazón sin temor a la expulsión o la condenación. Pecados dolorosos cometidos con presunción se manifiestan entre nosotros. Y sin embargo la opinión general es que la iglesia está floreciendo, y que existe paz y prosperidad espiritual en todos sus términos. La iglesia ha dejado de seguir en pos de Cristo, su líder, y está volviéndose firmemente hacia Egipto. Sin embargo, pocos están alarmados o sorprendidos por su falta de poder espiritual. La duda y hasta el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios están leudando nuestras iglesias por doquiera. Satanás quiere que esto ocurra así.
Los judíos perecieron como pueblo porque fueron desviados de la verdad Bíblica por sus dirigentes, sacerdotes y ancianos.
Ha habido y continuará habiendo familias enteras que una vez se regocijaron en la verdad, pero que perderán la fe a causa de las calumnias y las falsedades que les fueron llevadas con respecto a aquellos a quienes han amado y de quienes recibieron dulce consejo. Abrieron su corazón a la siembra de la cizaña; ésta creció en medio del trigo; se fortaleció; la mies de trigo decreció más y más y la preciosa verdad perdió su poder para ellos.
Nos hemos apartado de Dios y no se ha realizado todavía la obra ferviente de arrepentimiento y recuperación de nuestro primer amor, indispensable para que volvamos a Dios a fin de lograr la regeneración del corazón. La infidelidad se ha estado infiltrando en nuestras filas, pues está de moda apartarse de Cristo y dar lugar al escepticismo. Para muchos, el clamor de su corazón ha sido: “No queremos que este reine sobre nosotros” (Lc.19:4). Baal, baal, eso han elegido. La religión de muchos será la del apóstata Israel porque aman su propio camino y olvidan el camino del Señor.
Muchos ocuparán nuestros púlpitos sosteniendo la antorcha de una falsa profecía en sus manos, encendida del fuego de la infernal antorcha satánica. Si se albergan dudas e incredulidad, los fieles ministros serán quitados del pueblo que piensa que sabe tanto. "¡Oh, si también tú conocieses -dijo Cristo-, a lo menos en éste tu día, lo que toca a tu paz! mas ahora está encubierto de tus ojos"
A fin de asegurarse honores y ganancias mundanas, la iglesia fue inducida a buscar el favor y el apoyo de los grandes de la tierra, y habiendo rechazado de esa manera a Cristo, tuvo que someterse al representante de Satanás, el obispo de Roma.
El comienzo de la gran apostasía consistió precisamente en que se quiso suplir la autoridad de Dios con la de la iglesia. Roma empezó por ordenar cosas que Dios no había prohibido, y acabó por prohibir lo que él había ordenado explícitamente.
Al siervo de Dios en nuestros días se dirige la orden: ¡Alza tu voz como trompeta! ¡Declara a mi pueblo su trasgresión, a la casa de Jacob sus pecados!
Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos (la gran mayoría en el original) que profesaron creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe e irán a engrosar las filas de la oposición.
Aquellos que intentan minar los pilares de nuestra fe están entre aquellos de los cuales dice la Biblia: “El Espíritu dice claramente que en el último tiempo algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” (1ª Timoteo 4:1)
La menor trasgresión de la ley de Dios acarrea culpa sobre el trasgresor y sin un sincero arrepentimiento y un abandono del pecado, éste ciertamente se convertirá en un apóstata.
Los que apostaten en tiempo de prueba llegarán, para conseguir su propia seguridad, a dar falso testimonio y a traicionar a sus hermanos.
Los siervos de Dios deben levantarse, clamar y no escatimar esfuerzos para declarar “a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
El Señor ha suscitado mensajeros, los ha dotado de su Espíritu, y les ha dicho: “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.” No corra nadie el riesgo de interponerse entre el pueblo y el mensaje del cielo. Este mensaje llegará a la gente; y si no hubiese voz entre los hombres para darlo, las mismas piedras clamarían.
El corazón de la obra se encuentra en Battle Creek. Si el corazón de la obra se corrompe, toda la iglesia en todas sus ramas e intereses alrededor de la tierra sufren las consecuencias.
De acuerdo con la luz que Dios me ha dado en visión, la maldad y el engaño están aumentando entre el pueblo de Dios que profesa guardar sus mandamientos. Está disminuyendo entre el pueblo de Dios el discernimiento espiritual para ver el pecado tal como existe y para luego expulsarlo del campamento; y la ceguera espiritual está cayendo rápidamente sobre ellos.
La política mundana está tomando el lugar de la verdadera piedad y sabiduría que viene de arriba, y Dios retirará Su mano ayudadora de la conferencia. ¿Será quitada el arca del pacto de su pueblo? ¿Se introducirán los ídolos? ¿Se traerán falsos principios y preceptos al santuario? ¿Será respetado el anticristo? ¿Serán ignoradas las verdaderas doctrinas y principios que Dios nos ha dado, que nos han hecho ser lo que somos?...Esta es la dirección a la que el enemigo nos está dirigiendo, por medio de hombres no consagrados y ciegos.
Cualquier conexión con los infieles y los incrédulos que nos identifique con ellos está prohibida por la Palabra. Tenemos que separarnos de ellos y mantenernos separados. En ningún caso tenemos que unirnos con ellos en sus planes de trabajo.
La apostasía ha entrado a nuestras filas igual que como entró al cielo, y todos los que se unan con Satanás en esta clase de trabajo van a actuar con los mismos principios que Satanás ha trabajado.
En 1890 y 1891 me fue presentada una visión de los peligros que podrían amenazar la obra...proposiciones que a los autores les parecían muy sabias al introducirlas, viendo la formación de una confederación que podría hacer Battle Creek, como Roma, la cabeza de la obra.
La misma obra que se hizo en el pasado se llevará adelante bajo la apariencia de la Asociación de la Conferencia General....ciertamente no hay nada hoy que lleve las credenciales divinas.... ¿Hasta cuándo seguirán así las cosas?...algunos allí no ven los planes dañinos que por años se han estado llevando a cabo de una manera clandestina....la esclavitud de la alma de los hombres por sus mismos hermanos, esta profundizando las tinieblas que ya les envuelven. (…) "¿Quién puede sentirse seguro que está a salvo al respetar la voz de la Asociación de la Conferencia General? ¿Sí el pueblo en las iglesias entendiera la administración de los hombres que caminan bajo su propia luz, respetarían sus decisiones? Yo les contestaría, no, en ningún momento. Se me ha mostrado que la mayoría del pueblo no sabe que el corazón de la obra se encuentra enferma y corrompido en Battle Creek. La mayoría de el pueblo...aprueba planes que no entiende.
La causa de Cristo será traicionada. Aquellos que han tenido la luz de la verdad y gozado de sus bendiciones, pero se han apartado de ella, van a luchar en contra del Espíritu de Dios. Inspirados por un espíritu del abismo, van a destruir lo que una vez construyeron, a mostrar a todas las almas razonables que temen a Dios, que no se les puede confiar. Estos reclamarán la verdad y la justicia pero su espíritu y obras testifican que traicionan a su Señor. A los atributos de Satanás les llaman movimiento de el Espíritu Santo.
Siento un interés muy especial en los movimientos y decisiones que se van a tomar en esta conferencia respecto a las cosas que deberían haber sido hechas hace años...Dios les dio (a los líderes) luz clara en cuanto a lo que deberían hacer y lo que no deberían de hacer, pero se alejaron de esa luz... ¿Porqué? les pregunto, ¿acaso los hombres quienes no han sometido el yo se les permite estar en puestos importantes en la verdad y manejar las cosas sagradas? Se nos ha dado la oportunidad de deshacernos de toda clase de rebelión.... ¡Oh, mi alma se ha agotado con estas cosas!...Estos hombres que están en lugares sagrados, para ser la voz de Dios al pueblo, como una vez lo creímos que era la Conferencia General,--eso ha quedado en el pasado. Lo que queremos ahora es una reorganización. Queremos comenzar desde los fundamentos, y construir sobre un principio diferente.... A los hombres que por mucho tiempo han estado en puestos de confianza mientras menospreciaban la luz que Dios les había dado, no se les puede confiar. Dios quiere que se les desocupe.... Ahora quiero decir, Dios no ha puesto ninguna fuerza imperial en nuestros rangos para controlar...debe haber una renovación y una reorganización."
Que maravillosa obra podría haberse hecho por la gran compañía reunida en Battle Creek, en la junta de la Conferencia General de 1901, si los líderes de nuestra obra se hubiesen puesto a mano. Pero la obra que todo el cielo estaba esperando hacer, no se hizo; porque los líderes cerraron y pusieron el cerrojo en la puerta en contra de el Espíritu Santo....Ellos se reforzaron en su maldad, y le dijeron a el Espíritu de Dios, `sigue tu camino por esta ocasión; cuando tenga una ocasión mas conveniente, yo te llamaré.'
Se establece que en la nueva constitución no hay nada que sea un salvaguardia en lo que ella se ha provisto; pero quiero decirles que ningún hombre que alguna vez haya leído la Historia de la Iglesia Cristiana de Neander, Mosheim, o cualquier otro de los grandes historiadores de la Iglesia...no pude llegar a ninguna otra conclusión los principios que son traídos por medio de esta nueva constitución, son los mismos principios, introducidos precisamente de la misma forma, como fueron introducidos hace cientos de años cuando se formo el papado.
El Maestro Celestial preguntó: `¿Qué engaño mas grave puede seducir la mente que él que os hace creer que estáis construyendo sobre un buen fundamento, y que Dios acepta vuestro trabajo, cuando en realidad estáis haciendo muchas cosas conforme a las pólizas mundanales y pecando en contra de Jehová?'... "He visto a nuestro Instructor señalar vestiduras que se daban por justicia. Al desgarrarlas puso al descubierto la suciedad que cubrían. Luego me dijo: `No puedes ver con que falsedad cubrieron su inmundicia y la corrupción de carácter ¿Qué, pues, la ciudad fiel ha venido a ser una ramera? ¡La casa de mi Padre es hecha un lugar de comercio, de donde se ha retirado la gloria y la presencia divina! A menos que la iglesia contaminada por la apostasía se arrepienta y se convierta, comerá del fruto de sus propias obras hasta que se aborrezca a sí misma.
Es imposible que usted se una con aquellos que son corruptos, y usted conservarse puro. ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? (2 Corintios 6:14-15). Dios y Cristo y toda la hueste celestial le hacen saber al hombre que, si se une con lo corrupto, él se corromperá.
Nosotros sabemos que los Adventistas del Séptimo Día no consagrados tienen un conocimiento de la verdad, pero que se han unido con el mundo, y van a separarse completamente de la fe. Escuchando a espíritus seductores. El enemigo va gustosamente a atraparlos con persuasión, para guiarlos a hacer guerra contra el pueblo de Dios.
A menos que la iglesia contaminada por la apostasía se arrepienta y se convierta, comerá del fruto de sus propias obras hasta que se aborrezca a sí misma.
Hoy muchísimos de los que componen nuestras congregaciones están muertos en delitos y pecados.
Diariamente la iglesia se está convirtiendo al mundo.
A menos que la iglesia contaminada por la apostasía se arrepienta y se convierta, comerá del fruto de sus propias obras, hasta que se aborrezca a sí misma. Si resiste el mal y busca el bien; si busca a Dios con toda humildad y responde a su vocación celestial en Jesucristo; si permanece sobre la plataforma de la verdad eterna, y si por fe realiza los planes que han sido trazados a su respecto, ella será sanada. Aparecerá en la sencillez y pureza que provienen de Dios, exenta de todo compromiso terrenal, demostrando que la verdad la ha hecho realmente libre. Entonces sus miembros serán verdaderamente elegidos de Dios para ser sus representantes.
Muchos mostrarán que no son uno con Cristo, que no están muertos al mundo como para que puedan vivir con él; y serán frecuentes las apostasías de hombres que han ocupado cargos de responsabilidad.
Esperamos que no tengamos necesidad de una nueva salida.
Jerusalén es un símbolo de lo que la iglesia será si rehúsa andar en la luz que Dios ha dado. Jerusalén fue favorecida por Dios como la depositaria de los intereses sagrados de Dios. Pero sus habitantes pervirtieron la verdad, y rechazaron todo ruego y advertencia. No apreciaron sus consejos. Contaminaron los atrios del templo con mercancía y robo.
El Templo Viviente” un libro que fue escrito por inspiración del gran engañador.
El corazón del hombre nunca ha estado en armonía con los requisitos de Dios. El razonamiento humano siempre ha tratado de evadir o dejar a un lado, las instrucciones directas de la Palabra. En cada época, la mayoría de los profesos seguidores de Cristo han despreciado los preceptos necesarios como la negación del yo y la humildad, que requieren modestia y simplicidad en la conversación el porte, y la vestimenta. El resultado siempre ha sido el mismo; la separación de las enseñanzas del evangelio ha llevado a la adopción de las modas, las costumbres y principios del mundo. La espiritualidad necesaria ha dado lugar al formalismo muerto. La presencia y el poder de Dios, retirado de aquellos círculos amantes del mundo, se encuentran en una clase de adoradores humildes, que desea obedecer las enseñanzas de la sagrada Palabra.
Muchos que dicen creer en la verdad cambiarán de opinión en tiempos de peligro, y se colocarán de parte de los transgresores de la ley para escapar de la persecución.
De aquellos que se enorgullecen de su luz, y fallan en seguirla, Cristo dice ‘Pero yo os digo, que será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón en el día del juicio que para vosotros. Y tú Capernaum, (Adventistas del Séptimo Día, que habéis tenido gran luz) que sois exaltados hasta el cielo, series llevados al infierno: porque si las grandes obras que se han hecho entre vosotros se hubieran hecho en Sodoma, habría quedado hasta hoy
Cristo habla de la iglesia que Satanás preside como la sinagoga de Satanás. Sus miembros son hijos de la desobediencia. Son aquellos que eligen el pecado, quienes trabajan para anular la Santa ley de Dios. Es el trabajo de Satanás mezclar el mal con el bien, y quitar la distinción entre el bien y el mal.
Sois una iglesia apóstata. (Battle Creek)
Los cristianos que están creciendo constantemente en fervor, en celo y en amor, nunca apostatarán.