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¿Puede el Hombre Ser Salvo Sin la Expiación de Jesús?

¿Qué significa, realmente, crecer en Cristo? Esta expresión, tan usada en medios cristianos, se ha convertido en una especie de dicho repetitivo sin llegar a comprenderse del todo lo que “Crecer en Cristo” significa. A continuación trataré de ampliar un poco lo que entiendo que engloba.

Si le preguntáramos a un cristiano lo que significa “crecer en Cristo”, posiblemente nos dijera que un proceso de desarrollo o maduración espiritual. Pero, realmente, ¿cómo sabe uno que está creciendo en Cristo?

Morir en Cristo

En el ámbito de la biología algo crece cuando está vivo; si no crece, o está enfermo o está muerto. Todo cristiano cree estar creciendo en Cristo, pero para ello uno tiene que estar vivo. Y para estar vivo y crecer, primero hay que morir. Si uno no ha muerto con Cristo, entonces está vivo pero sin Cristo. Y si alguien está muerto al pecado y la carne (Rom.6:4, 6,8) entonces está vivo pero en Cristo.

 

Nacer en Cristo

Así que primero morimos con Cristo, y después nacemos espiritualmente. Es entonces cuando Dios pone el Espíritu en nosotros (Eze.36:27). Ese es llamado el Espíritu de Cristo (Gal.4:6) sin en cual nadie puede ser verdadero cristiano sea miembro de iglesia, pastor o profesor de teología.(Rom.8:9)

Cuando nacemos en Cristo quedamos unidos a Él (1ª Cor.6:17) y Cristo mora en nosotros a través de su Espíritu. (Efe.3:17)


Vivir en Cristo

Pero para permanecer vivos en Cristo, tenemos que morir cada día.(1ªCor.15:31) Esa muerte diaria nos prepara para vivir la vida de Jesús (2ªCor.4:11) Es el Dios de la vida el que nos da la vida para poder crecer. Y a medida que vayamos descubriendo, viviendo y compartiendo la vida de Cristo podremos estar seguros de estar creciendo en Cristo.

 

Crecer en Cristo

Toda esa obra es la que necesitamos previamente para crecer en Cristo. Es una obra que depende más de Dios que de nosotros mismos. Es Él quien hace la obra si nosotros lo permitimos. Cuando invertimos esta idea podemos “crecer” por nuestros propios esfuerzos pero NO en Cristo. Podemos parecer Cristianos, pero sin el poder de Dios. Y si crecemos en Cristo, tendremos su mismo pensamiento (Fil.2:15) y su misma mente. (1ªCor.2:16)

 

Obrar en Cristo

Es entonces, cuando Dios podrá obrar en nosotros (Fil.2:13) cualquier bien que Él quiera (Fil.6), y no creeremos que son nuestras obras si no las suyas (Efe.2:10). Y todas ellas para su honra y gloria. (Fil.1:11;Jn.15:8) Por ese motivo, no existe la posibilidad de que un verdadero cristiano se enorgullezca de nada. El orgullo es la señal más evidente de que no es Dios el que obra en el hombre. El hombre que ha nacido de nuevo en Cristo será siempre humilde.

 

La Obra Suprema de Dios en su Remanente

Cuando los cincos procesos anteriores (1ºMorir, 2ºNacer, 3ºVivir, 4ºCrecer, 5ºObrar) se hayan hecho realidad en nosotros por el poder de Cristo, entonces estaremos preparados para la obra final de Dios. Es una obra que nuca se habrá visto en la tierra antes, y que demostrará hasta qué punto Dios es capaz de obrar en un ser humano defectuoso. Será la mayor demostración de la gloria de Dios en la tierra desde el principio de la historia, exceptuando la presencia de su Hijo en la tierra. Su gloria será manifestad en toda la tierra (Ap.18:1) por el poder de Dios actuando en un grupo de cristianos que habrán alcanzado la plenitud espiritual que Dios esperaba de ellos. Entonces sabrán todas las naciones quién es Jehová. (Eze.36:23)

Será un momento en el que las tinieblas cubrirán la tierra y la gloria de Jehová nacerá en su Remanente. (Isa.60:1,2) Es ese Remanente el que Dios reconocerá como su pueblo y al que vendrá a buscar para compartir la eternidad  con ellos. Así se describe la obra que Dios hará en ese grupo de personas antes de que Jesús vuelva a buscarlos:

“Los últimos rayos de luz misericordiosa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos.”

Palabras de Vida del Gran Maestro, 342

Así que tú y yo tenemos que preguntarnos, ¿has muerto realmente a tu vida pasada? ¿Has nacido de nuevo? ¿Está Cristo viviendo su vida en ti? ¿Estás creciendo espiritualmente? ¿Estás llevando a cabo las obras que Dios te preparó de antemano para su gloria?

Es mi deseo que tú puedas ser uno de aquellos en los que esta obra pueda ser hecha, y que junto con el resto del Remanente pueda vivir en la presencia de Dios para siempre. Amén.

 

Juan Torrontegui