La mantequilla y la carne estimulan. Estas han perjudicado el estómago y pervertido el gusto. Los nervios sensitivos del cerebro han sido entorpecidos, y el apetito animal fortalecido a expensas de las facultades morales e intelectuales. Estas facultades superiores, que son las que deben gobernar, han estado debilitándose, de manera que las cosas eternas no han sido discernidas. Una parálisis ha entorpecido lo espiritual y devocional. Satanás ha triunfado al ver cuán fácilmente puede llegar por medio del apetito y controlar a los hombres y las mujeres de inteligencia, destinados por el Creador a hacer una obra buena y grande.
Se me ha mostrado reiteradamente que Dios está trayendo a su pueblo de vuelta a su plan original, esto es, el de no subsistir a base de carne de animales muertos.
Los que esperan la venida del Señor, con el tiempo eliminarán el consumo de carne; la carne dejará de formar parte de su régimen.
¿Cómo pueden quitar la vida a seres creados por Dios y consumir carne con deleite?
Un régimen a base de carne tiende a desarrollar la animalidad. El progreso de la animalidad disminuye la espiritualidad, y hace que la mente resulte incapaz de comprender la verdad.
Hay personas que debieran estar despiertas ante el peligro de comer carne, pero que continúan consumiendo carne de animales, poniendo así en peligro la salud física, mental y espiritual. Muchos que están hoy solamente medio convertidos con respecto al consumo de carne abandonarán el pueblo de Dios para no andar más con él.”
La carne excita y fortalece las pasiones bajas y tiende a debilitar las facultades morales (...) se me ha instruido en el sentido de que el uso de carne tiende a animalizar la naturaleza.
Algunos piensan que no pueden reformarse, que la salud sería sacrificada si ellos intentaran abandonar el uso de té, tabaco y carne. Esta es una sugestión de Satanás.
Recibí luz que me mostraba el daño que los hombres y mujeres inferían en las facultades mentales, morales y físicas por el uso de la carne. Se me mostró que toda la estructura humana es afectada por este régimen,...
El comer carne de animales es pernicioso para la salud del cuerpo, y todos los que siguen un régimen a base de carne están intensificando sus pasiones animales, y disminuyendo la susceptibilidad de su alma para comprender la fuerza de la verdad y la necesidad de que ésta sea incorporada en su vida práctica La vida física y la religiosa están relacionadas. El comer carne tiene un efecto perjudicial sobre la espiritualidad.
El peligro de contraer una enfermedad aumenta diez veces al comer carne. Las facultades intelectuales, morales y físicas quedan perjudicadas por el consumo habitual de carne. El comer carne trastorna el organismo, anubla el intelecto y embota las sensibilidades morales...La conducta más segura para vosotros consiste en dejar la carne.
Si el comer carne fue alguna vez saludable, no lo es ahora. Los cánceres y tumores y las enfermedades pulmonares se deben mayormente a la costumbre de comer carne.
Los que insisten en comer carne de animales, sacrifican la espiritualidad a causa de un apetito pervertido.
El consumo de carne de animales muertos tiene un efecto perjudicial sobre la espiritualidad.
El comer carne de animales es pernicioso para la salud del cuerpo, y todos los que siguen un régimen a base de carne están intensificando sus pasiones animales, y disminuyendo la susceptibilidad de su alma para comprender la fuerza de la verdad y la necesidad de que ésta sea incorporada en su vida práctica La vida física y la religiosa están relacionadas El comer carne tiene un efecto perjudicial sobre la espiritualidad.
Las facultades intelectuales, morales y físicas quedan perjudicadas por el consumo habitual de carne. El comer carne trastorna el organismo, anubla el intelecto y embota las sensibilidades morales.
Los cánceres y tumores, y las enfermedades pulmonares, son producidos mayormente por comer carne.
Una y otra vez se me ha mostrado que Dios está tratando de llevarnos de vuelta, paso a paso, hacia su plan original, es a saber, que el hombre subsista dependiendo de los productos naturales le la tierra. El consumo de carne será abandonado oportunamente entre los que esperan la venida del Señor; la carne dejará de formar parte de su régimen alimentario.
He pensado durante años que dependía de una dieta que tuviera carne para tener fuerza. He hecho tres comidas al día hasta hace unos pocos meses. Ha sido muy difícil para mi pasar de una comida a otra sin sufrir desmayo en el estómago, y mareos en la cabeza…Cuando comía carne me evitaba por un tiempo esa sensación de debilidad. Entonces pensé que la carne era indispensable en mi caso. Pero desde que el Señor me presentó, en junio de 1863, el asunto del consumo de carne en relación con la salud, he dejado de comer carne. Por un tiempo fue bastante difícil acostumbrar mi apetito al pan, por el cual, anteriormente, había tenido bastante repulsión. Pero perseverando, he podido lograrlo. He estado ya durante casi un año sin comer carne.
La carne es la más grande productora de enfermedades que se pueden introducir en el organismo humano.
El Señor se propone traer nuevamente a su pueblo a vivir de las sencillas frutas, verduras y granos. El llevó a los hijos de Israel al desierto, donde no podrían seguir un régimen carnívoro; y les dio el pan del cielo.
Los cánceres, los tumores y toda enfermedad inflamatoria se deben en su mayoría al consumo de carne. Por la luz que Dios me ha dado, debo decir que la prevalencia de cánceres y tumores se deben en gran medida a una vida dependiente mayormente del consumo de carne.
Que ninguno de nuestros ministros dé mal ejemplo por consumir carne.
El Señor es un Dios de misericordia, y cuida aun de los animales que ha creado. Review & Herald, 21 enero de 1896
Sería una norma pobre utilizar fondos de la tesorería de Dios para sostener a aquellos que descuidan y dañan Su obra, y que están constantemente rebajando la norma del cristianismo.
Ningún hombre debe ser consagrado como maestro del pueblo mientras su propia enseñanza o ejemplo contradiga el testimonio que Dios ha dado a sus siervos para que presenten con respecto al régimen, porque esto traerá confusión. Su falta de consideración por la reforma pro salud los descalifica para presentarse como mensajeros del Señor.
¿No daremos un testimonio decidido contra la complacencia del apetito pervertido? ¿Quiere cualquiera de los que son ministros del Evangelio y que proclaman la verdad más solemne que haya sido dada a los mortales, dar el ejemplo de volver a las ollas de Egipto? ¿Quieren los que son, sostenidos por el diezmo de la tesorería de Dios permitir que la gula envenene la corriente vital que fluye por sus venas? ¿Harán caso omiso de la luz y las amonestaciones que Dios les ha dado?
Comer carne, en esta época de la historia de la tierra, es deshonrar a Dios.