El alimento que Dios dio a Adán en su estado sin pecado es el mejor para el consumo del hombre que procura recuperar ese estado sin pecado.
Que nuestro pueblo en Australia deseche todas las recetas refinadas y aprendan a vivir de forma sana, de acuerdo a las instrucciones que Dios nos ha dado. Que impartan este conocimiento como si fuera instrucción Bíblica. Que preserven la salud y aumenten su vigor evitando cocinar demasiado lo que ha llenado este mundo de inválidos crónicos. Llega el tiempo en el que no necesitaremos recetas de cocina, porque el pueblo de Dios aprenderá que el alimento que Dios dio a Adán en su estado sin pecado es el mejor para mantener un cuerpo sin pecado.
Los cereales y las frutas, preparados sin grasa en forma tan natural como sea posible, deben ser el alimento destinado a todos aquellos que aseveran estar preparándose para ser trasladados al cielo.
Dios está obrando a favor de su pueblo. No desea que esté sin recursos. Lo está haciendo volver al régimen originalmente dado al hombre.
Se me ha mostrado reiteradamente que Dios está trayendo a su pueblo de vuelta a su plan original, esto es, el de no subsistir a base de animales muertos. El quiere que enseñemos a la gente un método mejor.
En los cereales, las frutas, las legumbres (granos), las hortalizas y las frutas secas oleaginosas han de encontrarse todos los productos alimenticios que necesitamos.
Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador.
El Señor se propone hacer que su pueblo vuelva a vivir a base de frutas, legumbres, hortalizas y cereales.
Una y otra vez se me mostró que Dios está tratando de guiarnos de vuelta, paso a paso, a su plan original para que el hombre subsista a base de productos naturales de la tierra. (…) Hemos de regresar al propósito original que Dios tenía en la creación del hombre.
Dios dio a nuestros primeros padres el alimento diseñado que toda raza debiera comer.