Acán

La desaprobación de Dios recayó sobre el pueblo a causa del pecado de un hombre. Miles fueron muertos en el campo de batalla porque Dios no bendeciría ni prosperaría a un pueblo entre cuyos miembros hubiera un pecador, alguien que había transgredido su palabra. Este pecador no ocupaba una posición sagrada, sin embargo un Dios celoso no podía salir a la batalla con los ejércitos de Israel mientras estos pecados ocultos estuvieran en el campamento.

Testimonios para la Iglesia, T3, 264

Se me mostró que la manera en que Acán hizo su confesión fue similar a las confesiones que algunos entre nosotros han hecho y harán. Ocultan sus errores y rehúsan hacer una confesión voluntaria hasta que Dios los descubre, y entonces reconocen sus pecados. (…) El desagrado de Dios está sobre su pueblo, y él no manifestará su poder en medio de ellos mientras existan pecados entre ellos que sean incitados por aquellos que están en puestos de responsabilidad.

Testimonios para la Iglesia T3, 299