La Ley de Dios que fue proclamada en el Sinaí dice: "No cometerás adulterio"; sin embargo, Ud., que ha transgredido esa ley en una manera tan marcada, enseña la Biblia a otros. Dios no acepta su obra.
"Mamá dice que quienes sufrieron las perplejidades de sus muchas transgresiones del pasado, deberían asumir la responsabilidad de aconsejarlo respecto de nuestro deber actual hacia él. Mamá no quiere asumir mayores responsabilidades en el asunto, pero dice respecto del pastor E, como ha dicho de otros casos similares, que si están plenamente arrepentidos, si viven una vida tal como para convencer a sus hermanos de que están actuando con seriedad, no los separen de la confraternidad, no les impidan trabajar para Cristo en alguna condición humilde, pero tampoco los eleven a posiciones de responsabilidad. "De todo esto yo entendería que no sería sabio renovarle sus credenciales y enviarlo de un lugar a otro entre los hermanos, pero, si por una vida cristiana fiel se ha ganado la confianza de la iglesia en el lugar en donde reside, no se interpongan ni le impidan realizar la obra de la cual esa iglesia es responsable.
Ello era suficiente para retirar campamento el arca de Dios, en caso que no hubiera habido otro pecado que motivara el alejamiento del arca, debilitando así a Israel. Los que quebranten del séptimo mandamiento deberían ser suspendidos de la iglesia, no gozar de su comunión, ni de los privilegios de la casa de Dios.
Dios no confiará la tarea de salvar almas a quienes abandonen su hogar, su compañero de la vida o sus hijos, pues los tales demuestran con ello infidelidad a sus sagrados votos y responsabilidades.