El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible.
El gran General del cielo y de la tierra ha limitado el poder de Satanás.
“Nadie está en mayor peligro de caer bajo la influencia de los espíritus malos que los que, a pesar del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias, ellos nos llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo seguir los dictados de su propia sabiduría. Esta es la razón por la cual a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia de que no existe. Su política consiste en esconderse y obrar solapadamente. No hay nada que el gran seductor tema tanto como el que nos demos cuenta de sus artimañas.”
Hay cristianos que piensan y hablan demasiado del poder de Satanás. Piensan en su adversario, oran acerca de él, hablan de él y parece agrandarse más y más en su imaginación. Es verdad que Satanás es un ser fuerte; pero, gracias a Dios, tenemos un Salvador poderoso que arrojó del cielo al maligno. Satanás se goza cuando engrandecemos su poder. ¿Por qué no hablamos de Jesús? ¿Por qué no magnificamos su poder y su amor?
Siempre se encontrarán aquellos que simpatizarán con los que están equivocados. Satanás tuvo simpatizantes en el cielo, y tomó consigo una gran cantidad de ángeles. Dios y Cristo y los ángeles celestiales estaban de un lado, y Satanás del otro. Pese al poder infinito y a la majestad de Dios y de Cristo, hubo ángeles que se volvieron desleales. Las insinuaciones de Satanás tuvieron efecto y ellos realmente llegaron a creer que el Padre y el Hijo eran sus enemigos y que Satanás era su benefactor. Satanás tiene el mismo poder y el mismo control sobre las mentes ahora, sólo que lo ha centuplicado mediante el ejercicio y la experiencia.
Es porque Satanás puede dominar tan fácilmente los espíritus de las personas inconscientes de su influencia, por lo que la Palabra de Dios nos da tantos ejemplos de su obra maléfica, nos revela sus fuerzas ocultas y nos pone así en guardia, contra sus ataques.
“El hombre caído es el cautivo legítimo de Satanás. La misión de Jesucristo fue liberarlo de su poder.”
(Satanás) se introduce en todos los hogares, en todas las calles de nuestras ciudades, en las iglesias, en los consejos de la nación, en los tribunales, confundiendo, engañando, seduciendo, arruinando por todas partes las almas y los cuerpos de hombres, mujeres y niños, destruyendo la unión de las familias, sembrando odios, rivalidades, sediciones y muertes.
La causa secreta de la aflicción que había hecho de este hombre (el endemoniado de Capernaum) un espectáculo terrible para sus amigos y una carga para sí mismo, estribaba en su propia vida. (…) La intemperancia y la frivolidad pervirtieron los nobles atributos de su naturaleza, y Satanás llegó a dominarlo en absoluto.
Jesús desde su infancia en belén fue continuamente asediado por el maligno.
Todas las energías de la apostasía se unieron contra el Hijo de Dios. Cristo fue hecho el blanco de toda arma del infierno. Muchos consideran este conflicto entre Cristo y Satanás como si no tuviese importancia para su propia vida; y para ellos tiene poco interés. Pero esta controversia se repite en el dominio de todo corazón humano.
Satanás había reunido todas sus fuerzas y a cada paso se oponía a la obra de Cristo.
Satanás empleó a los hombres como agentes suyos para llenar la vida del Salvador de sufrimientos y penas.
Cristo sufría constantemente lo que parecía ser el fracaso (…) las influencias satánicas estaban obrando constantemente para oponerse a su avance. Pero no quiso desanimarse.
Satanás obra con los hombres con más cuidado que con Cristo en el desierto de la tentación, porque sabe que allí perdió la batalla. Es un enemigo vencido. No se presenta al hombre directamente para exigirle el homenaje de un culto exterior. Pide simplemente a los hombres que pongan sus afectos en las buenas cosas de este mundo. Si logra ocupar la mente y los afectos, los atractivos celestiales se eclipsan. Todo lo que quiere del hombre es que caiga bajo el poder seductor de sus tentaciones, que ame el mundo, la ostentación y los altos puestos, que ame el dinero y ponga sus afectos en los tesoros terrenales. Si lo logra, obtiene todo lo que pidió de Cristo. El ejemplo de Cristo nos muestra que nuestra única esperanza de victoria reside en resistir continuamente a los ataques de Satanás.
Los dirigentes judíos estaban convencidos de que un poder divino acompañaba a Cristo, pero a fin de resistir a la verdad, atribuyeron la obra del Espíritu Santo a Satanás. Al hacer esto, prefirieron deliberadamente el engaño; se entregaron a Satanás, y desde entonces fueron dominados por su poder.
El pueblo (judío) a quien Dios había llamado para ser columna y base de la verdad, había llegado a ser representante de Satanás.
El mismo mal espíritu que tentó a Cristo en el desierto y que poseía al endemoniado de Capernaúm dominaba a los judíos incrédulos. Pero con ellos asumía un aire de piedad, tratando de engañarlos en cuanto a sus motivos para rechazar al Salvador. Su condición era más desesperada que la del endemoniado; porque no sentían necesidad de Cristo, y por lo tanto estaban sometidos al poder de Satanás.
El pueblo de Israel había hecho su elección. Señalando a Jesús, habían dicho: "Quita a éste, y suéltanos a Barrabás." Barrabás, el ladrón y homicida, era representante de Satanás. Cristo era el representante de Dios. Cristo había sido rechazado; Barrabás había sido elegido. Iban a tener a Barrabás. Al hacer su elección, aceptaban al que desde el principio es mentiroso y homicida. Satanás era su dirigente. Como nación, iban a cumplir sus dictados. Iban a hacer sus obras. Tendrían que soportar su gobierno. El pueblo que eligió a Barrabás en lugar de Cristo iba a sentir la crueldad de Barrabás mientras durase el tiempo. Mirando al herido Cordero de Dios, los judíos habían clamado: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos." Este espantoso clamor ascendió al trono de Dios. Esa sentencia, que pronunciaron sobre sí mismos, fue escrita en el cielo. Esa oración fue oída. La sangre del Hijo de Dios fue como una maldición perpetua sobre sus hijos y los hijos de sus hijos. Esto se cumplió en forma espantosa en la destrucción de Jerusalén y durante dieciocho siglos en la condición de la nación judía que fue como un sarmiento cortado de la vid, una rama muerta y estéril, destinada a ser juntada y quemada. ¡De país a país a través del mundo, de siglo a siglo, muertos, muertos en delitos y pecados!
Satanás emplea a hombres y mujeres como agentes para inducir al pecado y hacerlo atractivo. (…) Satanás tiene muchos servidores, pero tiene más éxito cuando puede emplear a los que profesan ser cristianos para realizar su obra satánica. Y cuanto mayor sea la influencia, más elevada la posición que ocupen, y mayor conocimiento profesen de Dios y de su servicio, tanto mayor será el éxito con que podrá emplearlos.
Satanás quiere que cada transgresor de la ley de Dios pretenda ser santo. (…) Hablan mucho de los sentimientos y de su amor a Dios. Pero Dios no reconoce su amor, porque es un engaño del enemigo.
Satanás se deleita en sumir en la incertidumbre, acerca de la Palabra de Dios, a los que profesan ser cristianos y a todo el mundo.
Satanás asigna a cada uno de sus ángeles el papel que ha de desempeñar. Les ordena a todos que sean astutos y arteros.
Las huestes de Satanás están también organizadas en compañías, y la compañía a la cual pertenecían estos demonios correspondía ella sola en número por lo menos a una legión.
Satanás domina la mente de los observadores del sábado no consagrados, y los induce a sentir celos unos de otros, a criticarse y censurarse. Es su obra especial dividir los corazones, para que la influencia, la fuerza y la labor de los siervos de Dios sean consumidas por el trabajo entre los observadores del sábado no consagrados, y les toque dedicar de continuo su tiempo precioso al arreglo de pequeñas divergencias, cuando debieran consagrarlo a proclamar la verdad a los incrédulos.
En esta era de degeneración Satanás domina a los que se apartan de lo recto y se aventuran sobre su terreno. Ejercita su poder sobre los tales en forma alarmante.
Me fue mostrado que Satanás no puede dominar la mente a menos que ésta le sea entregada. Los que se apartan de lo recto están en grave peligro ahora. Se separan de Dios y del cuidado vigilante de sus ángeles, y Satanás, siempre listo para destruir las almas, empieza a presentarles sus engaños. Los tales corren el mayor peligro; y si lo ven y tratan de resistir a las potestades de las tinieblas, no les resultará fácil libertarse de la trampa de Satanás. Se han aventurado en el terreno de Satanás, y él los declara suyos. No vacilará en empeñar todas sus energías y llamar en su ayuda a toda su hueste maligna para arrancar a un solo ser humano de las manos de Cristo. Los que han tentado al diablo a que los tiente, tendrán que hacer esfuerzos desesperados para librarse de su poder. Pero cuando empiecen a trabajar, entonces los ángeles de Dios a quienes han agraviado acudirán en su auxilio. Satanás y sus ángeles no están dispuestos a perder su presa. Contienden y pelean con los santos ángeles, y el conflicto es intenso. Pero si los que han errado continúan orando y con profunda humildad confiesan sus yerros, los ángeles que son poderosos en fortaleza prevalecerán y los arrebatarán del poder de los ángeles malos. Al levantarse el telón y mostrárseme la corrupción de esta época, mi corazón se condolió y mi espíritu casi desmayó dentro de mí. Vi que los habitantes de la tierra estaban llenando la copa de su iniquidad. La ira de Dios está encendida, y no se apagará hasta que los pecadores estén destruidos sobre la tierra. Satanás es el enemigo personal de Cristo. Es el que origina y encabeza toda especie de rebelión en el cielo y en la tierra. Su ira aumenta; nosotros no nos damos cuenta de su poder. Si nuestros ojos fuesen abiertos y pudiéramos discernir la obra que efectúan los ángeles caídos con aquellos que se sienten tranquilos y seguros, no nos sentiríamos tan seguros. Los malos ángeles nos siguen en todo momento. Es lógico que los hombres malos estén dispuestos a obrar como les sugiere Satanás; pero mientras que nuestra mente no está en guardia contra sus agentes invisibles, ellos asumen nuevas posiciones y obran maravillas y milagros ante nuestros ojos. ¿Estamos preparados para resistirles por la Palabra de Dios, la única arma que podemos usar con éxito?
Me fue presentado el actual debilitamiento de la familia humana. Cada generación se ha estado debilitando más y la enfermedad, bajo todas sus formas, aflige a la especie humana. Miles de pobres mortales, con cuerpos enfermizos, deformados, con nervios destrozados y mentes sombrías, arrastran una mísera existencia. El poder de Satanás sobre la familia humana aumenta. Si el Señor no viniese pronto a quebrantar su poder, la tierra quedaría despoblada antes de mucho. Se me reveló que el poder de Satanás se ejerce especialmente sobre los hijos de Dios.
La influencia de Satanás se ejerce constantemente sobre los hombres para enajenar los sentidos, dominar la mente para el mal e incitar a la violencia y al crimen. El debilita el cuerpo, obscurece el intelecto y degrada el alma. Siempre que los hombres rechacen la invitación del Salvador, se entregan a Satanás. En toda ramificación de la vida, en el hogar, en los negocios y aun en la iglesia, son multitudes los que están haciendo esto hoy.
Vi a los malos ángeles contender por las almas, y a los ángeles de Dios resistirles. El conflicto era intenso. Los malos ángeles estaban corrompiendo la atmósfera con su influencia venenosa, y se cernían en tropel alrededor de aquellas almas para entumecer su sensibilidad. Los ángeles santos estaban mirando con ansiedad, y esperando para rechazar las huestes de Satanás. Pero no es obra de los ángeles buenos dominar las mentes de los hombres contra su voluntad. Si ellos se entregan al enemigo y no hacen esfuerzo para resistirle, entonces los ángeles de Dios no pueden hacer mucho más que mantener en jaque a la hueste de Satanás, para que no destruya a los que están en peligro, hasta que se les haya dado mayor luz con el fin de despertarlos y hacerlos mirar al Cielo en procura de ayuda. Jesús no comisionará a los ángeles santos para que libren a los que no se esfuerzan por ayudarse a sí mismos. Si Satanás ve que corre peligro de perder a un alma, hace cuánto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a darse cuenta del peligro que corre, y con angustia y fervor busca fortaleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren. Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. El continúa llamando legiones de malos ángeles, para lograr su objeto. Cuando los ángeles todopoderosos, revestidos de la armadura del cielo, acuden en auxilio del alma perseguida y desfalleciente, Satanás y su hueste retroceden, sabiendo perfectamente que han perdido la, batalla. Los voluntarios súbditos de Satanás son fieles, activos y unidos en un propósito, y aunque se aborrecen y se hacen guerra mutuamente, aprovechan toda oportunidad para fomentar su interés común. Pero el gran General del cielo y de la tierra ha limitado el poder de Satanás.
Jesús no comisionará a los ángeles santos para que libren a los que no se esfuerzan por ayudarse a sí mismos.
Durante años, he considerado al sepulcro como un dulce lugar de reposo. En mi última visión, pregunté a mi ángel acompañante por qué se me dejaba sufrir tal perplejidad mental, y por qué era tan a menudo arrojada al terreno de batalla de Satanás. Rogué que, si había de estar tan íntimamente relacionada con la causa de la verdad, fuese librada de estas pruebas severas. Hay poder y fuerza en los ángeles de Dios, y yo rogué que ellos me escudasen. Entonces se me presentó nuestra vida pasada, y se me mostró que Satanás había tratado de varias maneras de destruir nuestra utilidad; que muchas veces había hecho sus planes para apartarnos de la obra de Dios; se había presentado de diferentes maneras y por medio de diversos expedientes, para lograr sus propósitos; pero el ministerio de los santos ángeles le había derrotado. Vi que, en nuestros viajes de lugar en lugar, con frecuencia había colocado a sus malos ángeles en nuestra senda para causar un accidente que nos ocasionase la muerte; pero los santos ángeles fueron enviados al lugar para librarnos. Diversos accidentes nos pusieron a mi esposo y a mí misma en grave peligro, y nuestra salvación ha sido maravillosa. Vi que habíamos sido objeto especial de los ataques de Satanás, por causa de nuestro interés en la obra de Dios y nuestra relación con ella; y al ver el gran cuidado que Dios ejerce en todo momento en favor de quienes le aman y le temen cobré confianza en Dios, y me sentí reprendida por mi falta de fe.
Se me ha instruido que cuánto menos dependa en los humanos que me asisten, aun en mi propia casa, mejor. No es sabio confiar en ningún ser humano. Debo seguir adelante, sin esperar que nadie me comprenda. Debo trabajar sola, sola. Entonces, un ser celestial le habló: ¿Quién puede estar a tu lado en la hora del conflicto feroz, cuando estés combatiendo contra las fuerzas de las tinieblas, contra Satanás y su hueste de aliados invisibles? En lo que a los humanos se refiere, permanecerás sola.
Satanás procura constantemente obtener el dominio de nuestro cuerpo y espíritu. Pero Cristo nos ha comprado, y somos su propiedad. Nos toca obrar unidos con Cristo y con los santos ángeles que ministran en nuestro favor. Nos toca mantener en sujeción al cuerpo. A menos que lo hagamos, perderemos ciertamente la vida eterna y la corona de la inmortalidad. Y, sin embargo, algunos dicen: "¿A quién le importa lo que como o bebo?"
Es un tiempo en que Satanás parece ejercer un dominio casi perfecto sobre las mentes que no están plenamente consagradas a Dios.
Nada perturba tanto a Satanás como nuestro conocimiento de sus designios. Si sentimos nuestro peligro, sentiremos nuestra necesidad de orar.
Vi que, si la iglesia hubiese conservado siempre su carácter peculiar y santo, todavía permanecería en ella el poder del Espíritu Santo que recibieron los discípulos. Sanarían los enfermos, los demonios serían reprobados y echados, y la iglesia seria potente, y un terror para sus enemigos.
Todos los que no escudriñan fervientemente las Escrituras, ni someten todo deseo y propósito de la vida a esa prueba infalible, todos los que no buscan a Dios en oración para obtener el conocimiento de su voluntad, se extraviarán seguramente de la buena senda, y caerán bajo la seducción de Satanás.
Satanás es el originador de la enfermedad; y el médico lucha contra su obra y poder. Por doquiera prevalece la enfermedad mental. Los nueve décimos de las enfermedades que sufren los hombres tienen su fundamento en esto.
Satanás considera a los habitantes 176 del mundo súbditos suyos; ha obtenido el dominio de las iglesias apóstatas; pero ahí está ese pequeño grupo que resiste su supremacía. Si él pudiese borrarlo de la tierra, su triunfo sería completa. Así como influyó en las naciones paganas para que destruyesen a Israel, pronto incitará a las potestades malignas de la tierra a destruir al pueblo de Dios. Todo lo que se requerirá será que se rinda obediencia a los edictos humanos en violación de la ley divina. Los que quieran ser fieles a Dios y al deber serán amenazados, denunciados y proscritos. Serán traicionados por "padres, y hermanos, y parientes, y amigos." (Luc.21: 16.)
Es tan cierto ahora como cuando Cristo se hallaba en la tierra que toda penetración del Evangelio en el dominio del enemigo arrostra la fiera oposición de sus vastos ejércitos. El conflicto que está por sobrecogernos será el más terrible que se haya presenciado jamás. Pero aunque Satanás se nos presenta como guerrero poderoso y armado, su derrota será completa, y perecerá con él todo aquel que se le una al preferir la apostasía a la lealtad.
Los habitantes de la tierra se están volviendo rápidamente como los contemporáneos de Noé, que el diluvio se llevó, y como los habitantes de Sodoma que el fuego consumió. Las potencias de Satanás se esfuerzan por distraer las mentes de las realidades eternas. El enemigo ha dispuesto las cosas de manera que favorezcan sus planes. Negocios, deportes, modas; he aquí las cosas que ocupan las mentes de hombres y mujeres. El juicio es falseado por las diversiones y por las lecturas frívolas. Una larga procesión sigue por el camino ancho que lleva a la ruina eterna. El mundo, presa de la violencia, del libertinaje 307y de la embriaguez, está convirtiendo a la iglesia. La ley de Dios, divina norma de la justicia, es declarada abolida.
“Cuidad que vuestro brazo no esté unido con el brazo de un demonio. Tiene apariencia de hombre. Está andando alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar, y los encuentra entre los adventistas del séptimo día.”
Cada discípulo de Cristo tiene su ángel guardián respectivo. Estos centinelas celestiales protegen a los justos del poder del maligno.
Se me ha mostrado que ángeles satánicos en forma de creyentes trabajarán en nuestras filas para introducir un fuerte espíritu de incredulidad. No permitáis que ni siquiera esto os desanime, antes presentad un corazón fiel para ayudar al Señor contra los poderes de las agencias satánicas. Estos poderes del mal se reunirán en nuestras asambleas, no para recibir una bendición, sino para contraatacar las influencias del Espíritu de Dios. No aceptéis ninguna declaración que ellos hagan, antes repetid las ricas promesas de Dios, que son Sí y Amén en Cristo Jesús. Nunca debemos aceptar palabras que hablen labios humanos para confirmar a los malos ángeles en su obra, sino que debemos repetir las palabras de Cristo.
Agentes satánicos en forma humana participarán en este último gran conflicto para oponerse a la edificación del reino de Dios. Y ángeles celestiales con apariencia humana estarán en el campo de acción. Los dos bandos opuestos seguirán existiendo hasta el fin del último gran capítulo de la historia de este mundo.
La causa secreta de la aflicción que había hecho de este hombre un espectáculo terrible para sus amigos y una carga para sí mismo, estribaba en su propia vida. Había sido fascinado por los placeres del pecado, y había querido hacer de su vida una gran diversión. (…) La intemperancia y la frivolidad pervirtieron los nobles atributos de su naturaleza, y Satanás llegó a dominarlo en absoluto. (…) Se había colocado en el terreno del enemigo, y Satanás se había posesionado de todas sus facultades. (…)Así sucederá con todos los que se entreguen al mal.
La falta de actividad y fervor en la obra de Dios es espantosa. Este estupor mortal proviene de Satanás. El domina la mente de los observadores del sábado no consagrados y los induce a sentir celos unos de otros, a criticarse y censurarse.
El mismo mal espíritu que tentó a Cristo en el desierto y que poseía al endemoniado de Capernaúm dominaba a los judíos incrédulos. (…) El período del ministerio personal de Cristo entre los hombres fue el tiempo de mayor actividad para las fuerzas del reino de las tinieblas. (…) Satanás había reunido todas sus fuerzas y a cada paso se oponía a la obra de Cristo. Así sucederá en el gran conflicto final de la lucha entre la justicia y el pecado.
Los dirigentes judíos estaban convencidos de que un poder divino acompañaba a Cristo, pero a fin de resistir a la verdad, atribuyeron la obra del Espíritu Santo a Satanás. Al hacer esto, prefirieron deliberadamente el engaño; se entregaron a Satanás, y desde entonces fueron dominados por su poder.
Satanás, con ángeles suyos en forma humana, estaba presente al lado de la cruz. (…) Los sacerdotes, los príncipes, los fariseos y el populacho empedernido estaban confederados en un frenesí satánico. Los dirigentes religiosos se habían unido con Satanás y sus ángeles.
(Caifás) "Actuaba inspirado por Satanás... No era un sacerdote nombrado por Dios según el orden de Melquisedec."
Los ministros ajustan sus sermones al gusto de los cristianos mundanos. No se atreven a predicar a Jesús ni las penetrantes verdades de la Biblia, porque si lo hiciesen, estos cristianos mundanos no quedarían en las iglesias. Sin embargo, como la mayor parte de ellos son gente rica, los ministros procuran retenerlos, aunque no sean más merecedores de estar en la iglesia que Satanás y sus ángeles. Esto es precisamente lo que Satanás quería. (…) Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles.
Cuando los ministros se aprovechan así de la confianza que la gente deposita en ellos y llevan las almas a la ruina, se hacen tanto más culpables que el pecador común cuanto más elevada es su profesión. En el día de Dios, cuando se abra el gran libro mayor del cielo, se verá que contiene los nombres de muchos ministros que pretendieron tener pureza en su corazón y en su vida y profesaron que se les había confiado el Evangelio de Cristo, pero se aprovecharon de su situación para seducir las almas y hacerles transgredir la ley de Dios. Cuando los hombres y las mujeres caen bajo el poder corruptor de Satanás, es casi imposible recobrarlos de la horrible trampa, de manera que vuelvan a tener nuevamente pensamientos puros y conceptos claros de lo que Dios requiere. El pecado, para sus mentes seducidas, ha sido santificado por el ministro, y nunca vuelven a considerarlo con la repugnancia con que Dios lo mira.
El Rechazo del Espíritu Santo es una Invitación a Satanás Los que se apartan de la clara enseñanza de las Escrituras y del poder convincente del Espíritu Santo de Dios, están invitando el dominio de los demonios.
“Siete veces ella había oído la reprensión que Cristo hiciera a los demonios que dirigían su corazón y mente. Había oído su intenso clamor al Padre en su favor.”
Dios guardará a todos los que anden en la senda de la obediencia; pero el apartarse de ella es aventurarse en terreno de Satanás.
Todo detalle en que dejamos de alcanzar la norma divina es una puerta abierta por la cual él puede entrar para tentarnos y destruirnos.
Los que resisten a las exigencias de Dios y ceden a las tentaciones de Satanás, Dios los abandona al poder de los espíritus malignos.
Todos los que se apartan voluntariamente de Dios se colocan bajo la dirección de Satanás.
El que admite la verdad mientras sigue en la injusticia, que declara creerla, y sin embargo la hiere cada día por su vida inconsecuente, se entrega al servicio de Satanás, y lleva almas a la ruina. Esta clase de personas tiene comunicación con los ángeles caídos, y recibe ayuda de ellos para obtener el dominio de las mentes.
Los que se apartan de la clara enseñanza de las Escrituras y del poder convincente del Espíritu Santo de Dios, están invitando el dominio de los demonios. Las críticas y especulaciones acerca de las Escrituras han abierto la puerta al espiritismo y la teosofía -formas modernas del antiguo paganismo- para que penetren aun en las iglesias que profesan pertenecer a nuestro Señor Jesucristo.
Satanás mantiene bajo su dominio a todos los que se niegan a guardar los mandamientos de Dios.
Hombres que profesan tener nueva luz, que aseveran ser reformadores, ejercerán gran influencia sobre cierta clase de personas que reconocen las herejías de la época actual, y no están satisfechas con la condición espiritual que existe en las iglesias. Con corazón veraz y sincero, desean ver un cambio hacia lo mejor, elevarse a una norma superior. Si los fieles siervos de Cristo les presentasen la verdad en su forma pura y sin adulteración, estas personas la aceptarían y se purificarían obedeciéndola. Pero Satanás, que vela siempre, sigue el rastro de estas almas investigadoras. Se les presenta alguien que hace una alta profesión de fe, como Satanás cuando fue a Cristo disfrazado de ángel de luz, y las atrae aún más lejos de la senda recta.
Siempre hay un poder hechicero en las herejías y en la licencia. La mente está tan seducida que no puede razonar inteligentemente, y una ilusión la desvía continuamente de la pureza. La visión espiritual se empaña: y personas de moralidad hasta entonces intachable se confunden bajo los sofismas engañadores de aquellos agentes de Satanás que profesan ser mensajeros de luz.
Satanás sabe muy bien que el alma más débil pero que permanece en Jesús puede más que todas las huestes de las tinieblas.
“Satanás tiembla y huye delante del alma más débil que busca refugio en ese nombre poderoso.”
“El medio por el cual se puede vencer al maligno, es aquel por el cual Cristo venció: el poder de la Palabra.”
“Los más débiles creyentes en la verdad, cuando piden humildemente ayuda al poderoso Vencedor, pueden, confiando firmemente en Cristo, rechazar con éxito a Satanás y a toda su hueste.”
“Por la fuerza divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles.”
“El enemigo nos persigue; debemos estar bien despiertos y prevenidos contra él.”
“Debemos llevar puesta la completa armadura de Dios, y estar listos en todo momento para sostener el conflicto con las potestades de las tinieblas…”
La súplica ferviente y perseverante dirigida a Dios con una fe que induce a confiar completamente en él y a consagrarse sin reservas a su obra, es la única que puede prevalecer para traer a los hombres la ayuda del Espíritu Santo en la batalla contra los principados y potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo y las huestes espirituales de iniquidad en las regiones celestiales.
El medio por el cual se puede vencer al maligno, es aquel por el cual Cristo venció: el poder de la Palabra.
Jesús con autoridad ordenó a los espíritus inmundos que saliesen.
(La liberación del joven lunático.) Esta era una lección objetiva de la redención: el Ser Divino procedente de la gloria del Padre, se detenía para salvar a los perdidos. Representaba también la misión de los discípulos.
Todos los que no son fervientes discípulos de Cristo son siervos de Satanás.
Satanás siempre busca controlar la mente y nadie está a salvo a menos que tenga una conexión constante con Dios.
Satanás controla toda mente que no se halla en forma decidida bajo el gobierno del Espíritu de Dios. Testimonios para
Cuando el alma se entrega a Cristo, un nuevo poder se posesiona del nuevo corazón. Se realiza un cambio que ningún hombre puede realizar por su cuenta. Es una obra sobrenatural, que introduce un elemento sobrenatural en la naturaleza humana. El alma que se entrega a Cristo, llega a ser una fortaleza suya, que él sostiene en un mundo en rebelión, y no quiere que otra autoridad sea conocida en ella sino la suya. Un alma así guardada en posesión por los agentes celestiales es inexpugnable para los asaltos de Satanás. Pero a menos que nos entreguemos al dominio de Cristo, seremos dominados por el maligno. Debemos estar inevitablemente bajo el dominio del uno o del otro de los dos grandes poderes que están contendiendo por la supremacía del mundo. No es necesario que elijamos deliberadamente el servicio del reino de las tinieblas para pasar bajo su dominio. Basta que descuidemos de aliarnos con el reino de la luz. Si no cooperamos con los agentes celestiales, Satanás se posesionará de nuestro corazón, y hará de él su morada. La única defensa contra el mal consiste en que Cristo more en el corazón por la fe en su justicia. A menos que estemos vitalmente relacionados con Dios, no podremos resistir los efectos profanos del amor propio, de la complacencia propia y de la tentación a pecar. Podemos dejar muchas malas costumbres y momentáneamente separarnos de Satanás; pero sin una relación vital con Dios por nuestra entrega a él momento tras momento, seremos vencidos. Sin un conocimiento personal de Cristo y una continua comunión, estamos a la merced del enemigo, y al fin haremos lo que nos ordene.
Todos los que se esfuerzan en seguir a Jesús tendrán que entrar en lucha con Satanás.
Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques.
Recordemos que cuanto más nos acercamos al tiempo de la venida de Cristo, tanto más ferviente y firmemente debemos trabajar, porque toda la sinagoga de Satanás está en contra nuestra.
Ninguno de los que están en las trampas de Satanás sabe que se encuentra en ellas.
El poder que Satanás emplea para tentar y engañar durante el tiempo del fin es diez veces mayor que en los días de los apóstoles.
Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla.
Nada perturba tanto a Satanás como nuestro conocimiento de sus designios. Si sentimos nuestro peligro, sentiremos nuestra necesidad de orar.
Satanás y sus ángeles.
El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Es únicamente por Cristo cómo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender.”
En estas reuniones debemos recordar siempre que hay dos fuerzas que obran. Se está riñendo una batalla que los ojos humanos no ven. El ejército del Señor está en el terreno procurando salvar almas. Satanás y su hueste están también obrando, procurando de toda manera posible engañar y destruir.
Si la iglesia no duerme, si los discípulos de Cristo velan y oran, podrán tener luz para comprender y apreciar los movimientos del enemigo.
El enemigo nos persigue; debemos estar bien despiertos y prevenidos contra él.”
Satanás y sus ángeles se encuentran en las reuniones donde se predica el Evangelio. Mientras los ángeles del cielo tratan de impresionar los corazones con la Palabra de Dios, el enemigo está alerta para hacer que no surta efecto. Con un fervor solamente igualable a su malicia, trata de desbaratar la obra del Espíritu de Dios. Mientras Cristo está atrayendo al alma por su amor, Satanás trata de desviar la atención del que es inducido a buscar al Salvador. Ocupa la mente con planes mundanos. Excita la crítica, o insinúa la duda y la incredulidad. La forma en que el orador escoge su lenguaje o sus maneras pueden no agradar a los oyentes, y se espacian en estos defectos. Así la verdad que ellos necesitan y que Dios les ha enviado misericordiosamente, no produce ninguna impresión duradera.
Satanás controla tanto la mente que se somete para ser controlada por otra, como la mente que ejerce ese control.
Satanás controla toda mente que no se halla en forma decidida bajo el gobierno del Espíritu de Dios.
Mientras el Señor trae a la iglesia a aquellos que están verdaderamente convertidos, Satanás al mismo tiempo, trae a ella a personas que no están convertidas.
Cuidad que vuestro brazo no esté unido con el brazo de un demonio. Tiene apariencia de hombre. Está andando alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar, y los encuentra entre los adventistas del séptimo día.
Los métodos de Satanás tienden a un solo fin, a hacer que los hombres sean esclavos de los hombres.
Satanás obra con su poder avieso y engañoso, y valiéndose de poderosos engaños entrampa a todos los que no permanecen en la verdad, que han apartado sus oídos de la verdad, y se han vuelto a las fábulas. Satanás mismo no permaneció en la verdad; él es el misterio de iniquidad. Por medio de su sutileza da a sus errores destructores del alma la apariencia de verdad. En eso consiste el poder de sus errores para engañar. Es debido a que son falsificaciones de la verdad por lo que el espiritismo, la teosofía, y otros engaños similares obtienen tal poder sobre la mente de los hombres. Está es la obra maestra de Satanás. (…) (Satanás) Trabaja para restringir la libertad religiosa, y para sumir al mundo religioso en una especie de esclavitud. Las organizaciones, las instituciones, a menos que sean guardadas por el poder de Dios, trabajarán bajo el dictado de Satanás para colocar a los hombres bajo el control de los hombres; y el fraude y el engaño tendrán la semejanza del celo por la verdad y por el progreso del reino de Dios. Cualquier cosa que en nuestras prácticas no sea abierto como el día, pertenece a los métodos del príncipe del mal. Sus métodos son practicados aun entre los adventistas del séptimo día, que pretenden conocer más a fondo la verdad avanzada. Si los hombres rechazan las advertencias que el Señor les envía, llegan a ser aun cabezas en las malas prácticas; tales hombres se arrogan el ejercicio de las prerrogativas de Dios: tienen la presunción de hacer aquello que Dios mismo no hará para tratar de controlar las mentes de los hombres. Introducen sus propios métodos y planes, y en base a sus falsos conceptos de Dios debilitan la fe de otros en la verdad, y colocan falsos principios que actuarán como levadura para mancillar y corromper nuestras instituciones e iglesias.
Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles.
No hay en el ministerio popular cosa alguna que despierte la ira de Satanás, haga temblar al pecador, o aplique al corazón y la conciencia que las temibles realidades de un juicio que pronto se realizará.
Los adventistas del séptimo día que adoptan su posición bajo la bandera de Satanás, primero abandonarán su fe en las advertencias y reproches, contenidos en los testimonios del Espíritu de Dios.
Los cristianos profesos que obran con falsedad en relación con sus creencias son canales mediante los que trabaja Satanás. El puede utilizar a los miembros de iglesia que no están convertidos para promover sus propias ideas y retardar la obra de Dios.
Todos los que se apartan voluntariamente de los mandamientos de Dios se colocan bajo la dirección de Satanás.
Unirse con un incrédulo es colocarse en el terreno de Satanás.
Satanás está inventando todo tipo de estratagema posible, para que las personas que conocen la verdad se adormezcan en una seguridad fatal, mientras él convoca a hombres y ángeles malos para llevar a cabo su conspiración secreta.
En la lucha que se librará en los últimos días estarán unidos, en oposición al pueblo de Dios, todos los poderes corruptos que se han apartado de la lealtad a la ley de Jehová.
La verdad es de Dios; el engaño, en cada una de sus muchas formas, es de Satanás.
Las agencias de Satanás están mucho más activas en su trabajo de lo que están las agencias de Dios en el trabajo de su líder.
¿Quién es el que está rigiendo el mundo hoy día, y quienes son los que han elegido estar bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas? Sí, es casi todo el mundo. Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido como su caudillo al príncipe de las tinieblas. Y tan pronto como están bajo su estandarte, están en relación con ángeles malos. La mente de los hombres está siendo controlada, o bien por los ángeles malos, o por los ángeles de Dios. Nuestra mente está entregada al dominio de Dios, o al dominio de los poderes de las tinieblas; y sería bueno que sepamos dónde nos encontramos hoy; si bajo la bandera ensangrentada de Jesucristo, o bajo la bandera negra de los poderes de las tinieblas.
El propósito de Satanás ha sido reproducir su propio carácter en los seres humanos.
Satanás...mantiene bajo su dominio a todos los que se niegan a guardar los mandamientos de Dios.
Habrá espíritus seductores y doctrinas de demonios en medio de la iglesia, y estas malas influencias aumentarán. Pero mantén tu confianza firme hasta el fin..."
Los hombres se identificarán con los demonios, y los que fueron creados a la imagen de Dios, que fueron formados para honrar y glorificar a su Creador, se convertirán en la habitación de chacales; y Satanás verá en una raza apóstata su obra maestra de mal: hombres que reflejen su propia imagen.
El esfuerzo premeditado de Satanás procura apartar las mentes de la esperanza de salvación mediante la fe en Cristo y la obediencia a la ley de Dios. En toda época el gran enemigo adapta sus tentaciones a los prejuicios e inclinaciones de aquellos a quienes trata de engañar. En los tiempos apostólicos inducía a los judíos a exaltar la ley ceremonial y a rechazar a Cristo; y actualmente induce a muchos profesos cristianos, con el pretexto de honrar a Cristo, a menospreciar la ley moral y a enseñar que sus preceptos pueden ser transgredidos impunemente. Es el deber de todo siervo de Dios resistir firmemente a estos pervertidores de la fe y, por la palabra de verdad, exponer denodadamente sus errores.
Satanás se posesiona de las mentes de los hombres en la actualidad. En mi trabajo en la causa de Dios, una vez tras otra me he encontrado con personas posesas, y he reprochado en el nombre del Señor al espíritu maligno.
Jesús sabe que un poder demoníaco está luchando por cada alma, esforzándose para ganar el dominio, pero Jesús vino a romper el poder de Satanás y poner en libertad a los cautivos.
Los niños que no han experimentado el poder purificador de Jesús son presa legítima del enemigo, y los malos ángeles tienen fácil acceso a ellos. (…) Por los esfuerzos fieles e incansables de los padres, y la bendición y gracia concedida a los hijos en respuesta a las oraciones de los padres, será quebrantado el poder de los ángeles malignos, y se derramará sobre los hijos una influencia santificadora. Así serán rechazadas las potestades de las tinieblas.
Las almas posesionadas por espíritus malignos se presentarán delante de nosotros. Debemos cultivar el espíritu de la oración sincera mezclada con la fe genuina para salvarlos de la ruina, y esto va a confirmar nuestra fe. Dios ha preparado para los enfermos, los desafortunados, y los que están posesionados por espíritus malvados, que oigan su voz por medio de nosotros.
Los ataques de Satanás contra los defensores de la verdad se volverán más acerbos y resueltos a medida que se acerque el fin del tiempo. Como en el tiempo de Cristo los sumos sacerdotes y príncipes incitaron a la gente contra él, así también hoy los dirigentes religiosos excitarán oposición y prejuicios contra la verdad para este tiempo. La gente será inducida a cometer actos de violencia y oposición en los que nunca habría pensado si no hubiera estado llena de la animosidad de los profesos cristianos contra la verdad.
El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo. Special Testimonies, Serie A, Nº 10, pág. 37. Año 1897;
La iglesia necesita despertar a una comprensión de los sutiles poderes de los agentes satánicos, a los cuales debe hacer frente.
Hay que desenmascarar la falsedad, hay que exponer su verdadero carácter, y hay que hacer brillar la luz de la ley de Jehová para que ilumine las tinieblas morales del mundo. Debemos presentar las pretensiones de su Palabra. No seremos considerados sin culpa si descuidamos este deber solemne.
Satanás tentó al primer Adán en el Edén, y Adán argumentó con el enemigo, dándole así una ventaja. Satanás ejerció su poder hipnótico sobre Adán y Eva y se esforzó en ejercer ese poder sobre Cristo. Pero después de que fueron citadas las palabras de las Escrituras, Satanás supo que no tendría la oportunidad de triunfar.
Pero hay una clase de reuniones sociales de un carácter, completamente diferente, partidas de placer que han deshonrado nuestras instituciones y la iglesia. Estimulan el orgullo de la indumentaria y de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad y el espíritu trivial. Satanás es agasajado como un huésped honrado y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones.
Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido como su caudillo al príncipe de las tinieblas, y tan pronto como están bajo su estandarte, están en relación con sus ángeles malos. La mente de los hombres está siendo controlada, o bien por los ángeles malos, o por los ángeles de Dios. Nuestra mente está entregada al dominio de Dios, o al dominio de los poderes de las tinieblas; y sería bueno que sepamos dónde nos encontramos hoy: si bajo el estandarte teñido en sangre del Príncipe Emanuel, o bajo el negro estandarte de los poderes de las tinieblas.
Se encenderá un odio satánico contra los testimonios. La obra de Satanás será perturbar la fe de las iglesias en ellos por esta razón: Satanás no puede disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios.
El objeto de Satanás era mantenerles engañados y llevarlos atrás y engañar a los hijos de Dios. Vi a uno tras otro de los que oraban a Jesús en el Santísimo abandonar la compañía e ir a unirse con aquellos que estaban ante el trono e inmediatamente recibieron la influencia impía de Satanás.
Me siento en la obligación de decir a nuestro pueblo que no se dan cuenta que el enemigo tiene un engaño tras otro, y que los pone en acción por medios que si ni siquiera esperan. Las agencias de Satanás inventarán formas por las que transformar a las personas santas en pecadoras. Os digo ahora, que cuando sea puesta a descansar, se darán grandes cambios. No sé cuándo seré llevada; y deseo alertar a todos de los engaños del enemigo. Quiero que la gente sepa que fueron alertados plenamente antes de mi muerte.
Si Satanás puede hacernos creer que en la Palabra de Dios hay cosas que no son inspiradas, entonces estará preparado para entrampar vuestras almas. El
Satanás ha tomado plena posesión de las iglesias en conjunto. (PE, 273) Una hueste innumerable de malos ángeles está dispersándose por toda la tierra y llena las iglesias. Estos agentes de Satanás consideran con regocijo las agrupaciones religiosas, porque el manto de la religión cubre los mayores crímenes e iniquidades.
Los que alaban a los hombres son usados como agentes de Satanás.
Satanás ejercerá su poder sobre todos los que se hayan entregado a su dominio.
El trabajo de Satanás consiste en conseguir que los hombres ignoren a Dios, para nublar y absorber la mente de tal forma que Dios no esté en sus pensamientos. La educación que han recibido ha sido un carácter tal que confunda la mente y eclipse la verdadera luz. Satanás no desea que la gente tenga un conocimiento de Dios.
Satanás se afianza y cautiva la mente de los hombres mediante falsas doctrinas, haciendo que sostengan teorías que no tienen fundamento en la verdad.”
Cristo apareció en un mundo donde Satanás se había colocado en el trono como soberano. Él tenía el control de las mentes humanas. Había tomado los cuerpos humanos y los tenía controlados de tal forma que estaban poseídos por los demonios. La imagen de Dios había sido casi borrada de ellos. Él había tomado el control de la nación judía, y fueron llevados al punto de no reconocer a Cristo como hijo de Dios.
Cuando Satanás toma el control de la mente, convierte a los hombres estimados como excelentes en personas locas y endemoniadas.
Hemos de orar por iluminación divina, pero al mismo tiempo deberíamos ser cuidadosos en cuanto a cómo recibimos todo lo que se llama nueva luz. Debemos estar vigilantes, no sea que, bajo la excusa de buscar nuevas verdades, Satanás desvíe nuestras mentes de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo. Se me ha mostrado que es una artimaña del enemigo conducir las mentes para que se detengan en puntos oscuros, sin importancia, que no han sido plenamente revelados o que no son esenciales para nuestra salvación. Esto se transforma en un tema absorbente, la “verdad presente”, cuando todas sus investigaciones y suposiciones sólo sirven para oscurecer más que antes el tema y confundir las mentes de algunos que deberían estar buscando la unidad por medio de la santificación de la verdad.
Satanás es el originador de la enfermedad; y el médico lucha contra su obra y poder.
El Espíritu Santo debe ser constantemente impartido al hombre, o no tendrá voluntad para contender contra los poderes de las tinieblas.
Los discípulos de Cristo…habrán de contender con fuerzas sobrenaturales, pero se les asegura una ayuda sobrenatural. Todos los seres celestiales están en este ejército. Y hay más que ángeles en las filas. El Espíritu Santo, el representante del Capitán de la hueste del Señor, baja a dirigir la batalla.
El encuentro con los endemoniados de Gadara encerraba una lección para los discípulos. Demostró las profundidades de la degradación a las cuales Satanás está tratando de arrastrar a toda la especie humana y la misión que traía Cristo de librar a los hombres de su poder.
El mandato que dio el Salvador a los discípulos incluía a todos los creyentes en Cristo hasta el fin del tiempo.
Cristo siente los males de todo doliente. Cuando los malos espíritus desgarran un cuerpo humano, Cristo siente la maldición.
El Testigo Fiel condena la tibieza de los hijos de Dios, que confiere a Satanás gran poder sobre ellos en este tiempo de espera y vigilancia. Los egoístas, los orgullosos y los amantes del pecado se ven siempre asaltados por dudas. Satanás sabe sugerir dudas e idear objeciones contra el testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia ser incrédulos, dudar y argüir. Los que desean dudar tendrán bastante oportunidad de hacerlo. Dios no se propone suprimir todo motivo de incredulidad. El da evidencias que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu dispuesto a recibir enseñanza; y todos deben decidir por el peso de las evidencias.
Estamos viviendo en un tiempo en que Satanás trabaja a diestra y siniestra, delante y detrás de nosotros; sin embargo, como pueblo estamos dormidos. Dios quiere que se oiga una voz que despierte a su pueblo para que obre.
Los cristianos a medias son peor que los incrédulos. (…) El cristiano tibio engaña a ambas partes. Ni es un buen mundano ni un buen cristiano. Satanás lo usa para hacer una obra que ningún otro puede hacer.
El servicio a medias coloca al agente humano del lado del enemigo, como aliado eficaz de los ejércitos de las tinieblas. Cuando los que profesan ser soldados de Cristo se unen a la confederación de Satanás y colaboran con él, se revelan como enemigos de Cristo. Traicionan cometidos sagrados. Constituyen un eslabón entre Satanás y los soldados fieles; y por medio de dichos agentes el enemigo trabaja constantemente para seducir los corazones de los soldados de Cristo.
El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo.
La obra de los ángeles es la de refrenar los poderes de Satanás.
Los ángeles del Señor se comunican con el pueblo de Dios y son sus guardianes, y hacen retroceder a los poderes de las tinieblas para que no ejerzan ningún dominio sobre los que serán herederos de la salvación,
El Espíritu Santo descansó en forma… En su nombre, tenían ellos poder sobre las obras de Satanás.
Tenemos un enemigo astuto que enfrentar y conquistar, pero podemos hacerlo en el nombre del Todopoderoso. (The Review and Herald, 30 de octubre de 1888.) La ferviente oración de fe frustrará los esfuerzos más arduos de Satanás.
Oremos mucho más cuanto menos sintamos la inclinación de tener comunión con Jesús. Si así lo hacemos quebraremos las trampas de Satanás, desaparecerán las nubes de oscuridad, y gozaremos de la dulce presencia de Jesús.
El sonido de la oración ferviente pone furioso a Satanás porque sabe que experimentará pérdida.
Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques.
Debemos llevar puesta la completa armadura de Dios, y estar listos en todo momento para sostener el conflicto con las potestades de las tinieblas. Cuando nos asalten las tentaciones y las pruebas, acudamos a Dios para luchar con él en oración. No dejará que volvamos vacíos, sino que nos dará fortaleza y gracia para vencer y quebrantar el poderío del enemigo.
No hay poder en todo el ejército satánico que pueda desarmar al alma que confía, con sencilla fe, en la sabiduría que desciende de Dios.
La ferviente oración de fe frustrará los esfuerzos más arduos de Satanás.
La oración aparta los ataques de Satanás.
Debemos llevar puesta la completa armadura de Dios, y estar listos en todo momento para sostener el conflicto con las potestades de las tinieblas.
El sonido de la oración ferviente pone furioso a Satanás porque sabe que experimentará pérdida.
Es la fe la que nos une con el Cielo y nos imparte fuerza para luchar con las potestades de las tinieblas. En Cristo, Dios ha provisto medios para subyugar todo rasgo pecaminoso y resistir toda tentación, por fuerte que sea.
A fin de tener éxito en un conflicto tal, debían encarar la obra con un espíritu diferente. Su fe debía ser fortalecida por la oración ferviente, el ayuno y la humillación del corazón. Debían despojarse del yo y ser henchidos del espíritu y del poder de Dios. La súplica ferviente y perseverante dirigida a Dios con una fe que induce a confiar completamente en él y a consagrarse sin reservas a su obra, es la única que puede prevalecer para traer a los hombres la ayuda del Espíritu Santo en la batalla contra los principados y potestades, los gobernadores de las tinieblas de este mundo y las huestes espirituales de iniquidad en las regiones celestiales.