“El uso de ciertas plantas medicinales que el Señor ha hecho crecer, para beneficio del hombre, está en armonía con el ejercicio de la fe.”
Cuando la cabeza está congestionada, si ponen los pies y las extremidades en un baño con un poco de mostaza, se obtendrá alivio.
“Dios ha hecho crecer de la tierra plantas medicinales para el uso del hombre y si entendiéramos la naturaleza de esas raíces y hierbas, e hiciéramos un uso apropiado de ellas, no habría tanta necesidad de ir detrás del doctor tan frecuentemente, y la gente estaría muchos más saludable de lo que está hoy.”
“Dios ha provisto de simples plantas que en ocasionalmente pueden ser benéficiosas; y si cada familia fuera educada en la manera de usar estas plantas en caso de enfermedad, se podría haber evitado mucho sufrimiento, y no se tendría que haber llamado a ningún médico. Estas simples plantas usadas desde tiempo atrás, usadas inteligentemente, podrían haber recuperado muchos enfermos, que murieron por el efecto de los fármacos.”
Este es el método de Dios. Las hierbas que crecen para beneficio del hombre, (…) han sido diez veces más útiles, si, cien veces más apropiadas, que todos los fármacos escondidos bajo misteriosos nombre y que se han prescrito a los enfermos.
Hay hierbas sencillas que pueden emplearse para la restauración de los enfermos, cuyo efecto sobre el organismo es muy diferente del efecto de las drogas que envenenan la sangre y ponen en peligro la vida.
Ninguna planta nociva fue colocada en el gran huerto del Señor, pero después de que pecaron Adán y Eva brotaron hierbas venenosas. En la parábola del sembrador, se le hizo una pregunta al Amo: "¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?" El Amo contestó: "Un enemigo ha hecho esto". Todas las cizañas son sembradas por el maligno. Cada hierba nociva es siembra de él, y con sus métodos ingeniosos de amalgamación ha corrompido la tierra con cizañas