Si oráis con sinceridad, entregando vuestra alma, cuerpo y espíritu a Dios y abrís vuestra alma a la justicia de cristo, y a ella solamente-la justicia imputada de cristo-estaréis capacitados para resistir los engaños del diablo.
El corazón lucha para ganar la salvación; pero tanto nuestro derecho al cielo como nuestra idoneidad para el, se hallan en la justicia de cristo.
No hay ni uno en cien que entienda por si mismo la verdad de la Biblia sobre este asunto (justificación por la fe) que es tan necesaria para nuestro bienestar presente y futuro.
La justicia tiene un hermano gemelo que es el amor.
La vida del cristiano debe ser una vida de fe, de victoria y de gozo en Dios. "Todo aquel que es engendrado de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que vence al mundo, a saber, nuestra fe." (1 Juan 5: 4, V.M.) Con razón declaró Nehemías, el siervo de Dios: "El gozo de Jehová es vuestra fortaleza." (Nehemías 8: 10.) Y San Pablo dijo: "Gozaos en el Señor siempre: otra vez os digo: Que os gocéis." "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús." (Filipenses 4: 4; 1 Tesalonicenses 5: 16-18.) 532 Tales son los frutos de la conversión y de la santificación según la Biblia; y es porque el mundo cristiano mira con tanta indiferencia los grandes principios de justicia expuestos en la Palabra de Dios, por lo que se ven tan raramente estos frutos. Esta es la razón por la que se ve tan poco de esa obra profunda y duradera del Espíritu de Dios que caracterizaba los reavivamientos en tiempos pasados.
La justicia de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados; es un principio de vida que transforma el carácter y rige la conducta.
El amor de Dios ha sido expresado en su justicia no menos que en su misericordia.
Fue el propósito de Satanás divorciar la misericordia de la verdad y la justicia.
Otro engaño iba a ser presentado ahora. Satanás declaró que la misericordia destruyó la justicia, que la muerte de Cristo abrogaba la ley del Padre. Si hubiese sido posible que la ley fuera cambiada o abrogada, Cristo no habría necesitado morir.