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La ONU y la ORU

El 26 de junio del año 2.000 tuvo lugar un acontecimiento de gran importancia. Ninguna emisora de radio o televisión se hicieron eco de la noticia, pero ocurrió.  En ese día se hizo oficial el establecimiento de un nuevo organismo mundial, la Organización de Religiones Unidas (United Religions, U.R. en inglés). Los lugares en los que se ha celebrado dicho acontecimiento han sido las ciudades de San Francisco y Pittsburg, EE. UU. Para esa fecha, esta organización ha obtenido más de sesenta millones de firmas de líderes religiosos, políticos y ciudadanos de todo el mundo, para apoyar su iniciativa.  Entre ellos se encuentran el Reverendo Sun Myung Moon y el Dalai Lama. Es muy significativo que para bautizar esta organización se haya escogido el mismo día en el que nacieron las Naciones Unidas (26 junio, 1945), y también la misma ciudad en la que se firmaron sus estatutos, San Francisco. No obstante, no debemos extrañarnos, ya que aquellos que gobiernan en las Naciones Unidas, junto con el papado, son los responsables del nacimiento de esta organización. Si no hubiera sido por su apoyo, este nuevo organismo no se habría puesto en marcha. El objetivo es común; globalizar todo el mundo. Primero políticamente, y ahora religiosamente. Hoy en día todos los gobiernos del mundo están representados en las Naciones Unidas; pronto todas las religiones estarán asociadas a las Religiones Unidas.

Según la revista oficial de esta organización: “Religiones Unidas no es una religión, sino una organización que actúa de puente” para todas las religiones. La persona que encabeza esta nueva organización es el obispo William Swing. El y otras 55 personas forman el personal de U.R. cuyas oficinas están situadas en el “Presidio”. En ese mismo lugar están situadas las oficinas de la Fundación Gorbachev en las que trabaja el antiguo mandatario del “Kremlin”. Esta fundación es otra organización financiada y establecida con el fin de globalizar, en este caso, los asuntos medioambientales de la humanidad. La traducción de Kremlin y Presidio es la misma: fortaleza. Todos aquellos que se esfuerzan en globalizar la humanidad trabajan en comunidad.

Aunque la organización Religiones Unidas ha sido presentada oficialmente el 26 de junio, ha mantenido una actividad constante alrededor del mundo para que el proyecto pueda ser una realidad. La revista oficial de Religiones Unidas, “URI Update” es una recopilación de eventos ecuménicos de casi todas las religiones del mundo, y en todos los lugares del mundo. En su número 5 de 1999, se presenta al Dalai Lama dando respaldo a la organización. En el mismo número aparecen encuentros ecuménicos mantenidos entre diferentes religiones en San Francisco, Houston, Washington D.C., Kenia, Brasil, Filipinas, Pakistán Zimbabwe, Mozambique…etc. En el número 7 de la revista, se comenta el encuentro de más de un millón de personas en diferentes partes del mundo el día 31 de diciembre de 1999 con el fin de orar por la paz del mundo. Las Religiones Unidas abarcan y acepta todas las religiones del mundo. Ninguna es más importante que otra, por lo que todas merecen el miso respeto. Obviamente, está excluida la posibilidad de proselitismo entre unas y otras religiones. Así, en las fotos de esta revista se pueden observar musulmanes, cristianos, hindús, budistas, chamanes…etc., orando, cantando, bailando o invocando a un espíritu. Todo es válido y respetable ya que “cada uno llega a dios de una forma diferente.”

El objetivo es asociar todos los movimientos religiosos del mundo con el fin luchar por la paz, la comprensión, la tolerancia y la justicia en toda la tierra. Las actividades que está promoviendo este organismo van desde encuentros ecuménicos, vigilias, retiros espirituales, marchas por la paz, y rituales budistas o de chamanes. El fundamento para que el proyecto funcione depende de la tolerancia que cada religión tenga por las demás. Así, los cristianos tienen que aceptar la reencarnación de los hinduistas, la misa de los católicos o la importancia de Mahoma como profeta de Dios para que exista una convivencia común entre todas las religiones.   Todo vale si unos se respetan a otros. Pero, todos aquellos que no aceptan a la virgen María, o que descalifican un rito de invocación de espíritus por un representante de una tribu de indios americanos son vistos como intolerantes. La creencia de que Jesucristo es “el único en el que hay salvación.”, está completamente fuera de lugar ya que ello hace del cristianismo una religión exclusiva y conflictiva.  Jesucristo, por lo tanto, ya no es visto como el hijo de Dios, sino como un profeta más entre las demás religiones.

Siendo que el objetivo prioritario de todas las actividades de esta organización es la paz, todos aquellos que no se someten al proyecto son vistos como intolerantes, conflictivos y sectarios. Juan Pablo II lo dijo muy claro en octubre de 1999 ante 200 líderes de diversos grupos religiosos y credos, incluidos monjes budistas, sacerdotes de Zoroastro, cardenales católicos, gurús hinduistas, judíos, y protestantes. Estas fueron sus palabras: “Debemos unirnos a la hora de condenar a los cristianos fundamentalistas. Estos fundamentalistas que renuncian a unirse al movimiento ecuménico deben ser silenciados y tienen que ser denunciados como extremistas peligrosos.”

 

La pregunta que surge es:

 

¿Cómo intentará silenciar el Papa a quienes, según él, son fundamentalistas, extremistas y peligrosos?

El libro pro Nueva Era “El Orden Emergente” de Jeremy Rifkin ha sido una de las herramientas principales por las que se ha tratado de que las iglesias evangélicas de los EE.UU. abran sus puertas y acepten las doctrinas de la Nueva Era. El líder y pastor evangélico Pat Robertson apoyó este libro al promocionarlo en su programa de televisión. De esa forma, se pretende que las iglesias evangélicas sean menos exclusivas, más abiertas a nuevos conceptos, y en definitiva menos fundamentalistas. Según comenta “El Orden Emergente”, toda la humanidad debe de unirse bajo el movimiento de la Nueva Era. Dado que no todos los cristianos estarán dispuestos a comprometer sus creencias para abrazar la Nueva Era “será necesario un movimiento de limpieza del movimiento de Nueva Era mediante el exterminio físico de todos los fundamentalistas cristianos, judíos y musulmanes.” En esto coinciden el vaticano y el movimiento de la Nueva Era.

Es interesante notar que la abreviatura de “United Religions” es UR. La palabra de Dios nos dice que Dios mandó a Abraham salir de Ur de los Caldeos (Babilonia) debido a la corrupción reinante. Así como Dios dio una orden a Abraham de separarse de la confusión, el error y el pecado, nosotros tendremos que llamar a todos aquellos que pertenezcan a U.R. (United Religions) para que salgan de ella. Muy pronto, sólo aquellas religiones que sean miembros de U.R. serán reconocidas oficialmente. Bien podría ser este el surgimiento de “Babilonia la Grande”. El CBA en su tomo 7, página 865 dice:

“Babilonia la grande simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin (...) Babilonia la grande es el nombre con el que la inspiración se refiere a la gran triple unión religiosa del papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo.”

Así pues, en el tiempo del fin sólo habrá dos opciones para los hombres: adherirse al pueblo de Dios o agruparse a “Babilonia la Grande”.

Esperemos que, como remanente de Dios que somos, no cedamos a la tentación de querer pertenecer a la mayoría, ni pretender ser reconocidos por el mundo. Dios nos de valentía para unirnos a los ángeles de Apocalipsis y clamar a todo el mundo: “Salid de ella pueblo mío.” (Apocalipsis 18:4; Conflicto de los Siglos p. 433)

Juan Torrontegui