Paciencia

Es intemperante en el comer, y ésta es la razón por la cual tiene tan poca paciencia.

Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio, 238

Los que más prueban nuestra paciencia son los que más necesitan nuestro amor.

Consejos Maestros, 254

El hombre que se rinde a la impaciencia sirve a Satanás. Si deseáis alcanzar la perfección del carácter debéis vigilar el pensamiento y la acción.

Testimonios, Tomo 4, 599

Yo he tenido y sigo teniendo comunión con hermanos que fueron culpables de graves pecados, y aun ahora no ven sus pecados como Dios los ve. Pero el Señor tolera a esas personas, ¿y por qué no las habría de tolerar yo? Todavía hará él tal impresión por su Espíritu en su corazón, que el pecado les parecerá, como a Pablo, excesivamente pecaminoso.

Joyas Testimonios, Tomo 1, 87,88

“Nunca consideréis ni aun al pecador más empedernido fuera del alcance de Dios.

Testimonios para la Iglesia, Tomo 4, 528

Dios lleva cuenta de las naciones. A través de todos los siglos de la historia de este mundo, los malhechores han estado acarreando sobre sí ira para el día de la ira; y cuando el tiempo se cumpla plenamente, cuando la iniquidad haya alcanzado el límite establecido por la misericordia de Dios, su paciencia se agotará. Cuando las cifras acumuladas en el registro celestial lleguen al nivel que indique que la suma de la transgresión se completó, vendrá la ira, sin mezcla de misericordia, y entonces se comprenderá lo terrible que ha sido haber agotado la paciencia divina.

Maranata, 270

La paciencia de Dios ha sido tan grande que nos maravillamos. El Todopoderoso ha estado conteniendo sus atributos. Dios permite a la gente un tiempo de prueba, pero su paciencia no es ilimitada.

Royalty and Ruin, Página 103

Dondequiera que la comunicación entre el cielo y la tierra ha sido libre y abundante y los dones de Dios no han sido apreciados, su aguante y paciencia a lo largo del tiempo se agotarán finalmente. Entonces, aquellos que una vez fueron bendecidos y favorecidos son abandonados y rechazados por Dios. Es una cosa terrible agotar la paciencia divina.

Carta 39, 1888