JUSTICIA
El Espíritu Santo también nos tiene que convencer de que Dios es justo, que actúa con justicia y que nosotros no somos justos y tampoco actuamos con justicia. Por eso cuando Jesús estuvo entre los hombres dijo que “sólo Dios es bueno.” (Mt.19:17)
Y cada vez que reconocemos nuestro pecado, reconocemos que El es el único que no peca y que es justo. Por ese motivo el rey David dijo: “Contra ti solo he pecado (…) para que seas reconocido justo.” (Sal.51:4) Todos los hombres tienen que llegar a reconocer que la justicia forma parte de la esencia de Dios. “Justo eres tú, oh Jehová.” (Sal.119:137)
Solamente en el libro de los Salmos encontramos multitud de ocasiones en las que se nos recuerda que “Dios es bueno” (Sal.25:8; 34:8; 54:6; 73:1; 86:5; 100:5; 106:1; 107:1; 118:1,29; 119:68; 135:3; 136:1; 145:9) Pero a diferencia de esto, el hombre es malo por naturaleza y no es de extrañar que Jesús se lo recordara a sus discípulos: “Vosotros sois malos.” (Mt.7:11) De hecho, “nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios.” (Rom.3:5)