Sanatorios

Debemos tener sanatorios...pero no se trata de sanatorios caros y grandiosos, sino de instituciones con un ambiente hogareño, ubicados en lugares agradables.

C. Salud, 208

Nuestro sanatorios son uno de los medios de mayor éxito alcanzar a toda clase de gente.

C. Salud, 209

Las admirables restauraciones de la salud que ocurren en nuestros sanatorios conducirán a muchos a contemplar a Cristo como el sanador del alma y el cuerpo.

C. Salud, 245

No establecemos los sanatorios como negocios especulativos, sino para ayudar a los hombres y a las mujeres a practicar hábitos correctos de vida.

C. Salud, 246

¿Por qué establecemos sanatorios? para que los enfermos que acuden a ellos en busca de tratamientos puedan recibir alivio de sus sufrimientos físicos y a la vez obtener ayuda espiritual. Debido a su condición de salud precaria se hallan susceptibles a la influencia santificadora de los misioneros médicos que se esfuerzan por sanarlos.

C. Salud, 268

Los sanatorios que se establezcan en el futuro no deberán ser edificios inmensos, que incurran en muchos gastos. Se deben establecer pequeños sanatorios locales en conexión con nuestras escuelas.

Ministerio Médico, 204

Los que no tienen un deseo ardiente de salvar almas, no deben unirse con nuestros sanatorios.

Ministerio Médico, 251

Hace veinticinco años el Señor me reveló que la mejor forma en la que podemos alcanzar a la clase alta es por medio de los sanatorios.

Manuscrito Liberados, Tomo 1, 241