Los discursos largos, recargan las pequeñas mentes de los niños.
(La Voz, 45)
Hay un asunto sobre el cual quisiera advertirles; Al dirigirse a una congregación, no hablen demasiado tiempo;
(La Voz, 272)
Lo que se dice durante la primera media hora vale mucho mas, si el sermón termina entonces, que las palabras dichas en otra media hora. Se sepulta entonces lo que se ha presentado antes.
(Testimonios para Ministros, 256; La Voz, 273)
Los sermones cortos serán recordados mucho mejor que los largos.
(La Voz, 274; Obreros Evangélicos, 177)
Los discursos largos y las oraciones tediosas son positivamente dañinas para el interés religioso, y no llevan convicción a las conciencias del pueblo.
(La Voz, 275)
Evitad los sermones largos. La gente no puede retener la mitad de los discursos que escuchan
(La Voz, 276)
Los sermones cortos son más efectivos.
(La Voz, 371)
El éxito sería mayor si las oraciones y los discursos fueran más cortos.
(Testimonios 2, 106)